En un reciente episodio del programa español ‘Y ahora Sonsoles’, la presentadora Sonsoles Ónega volvió a enfrentarse a un fenómeno curioso pero aparentemente recurrente: miembros de su audiencia cayendo dormidos durante la emisión en directo. Este magacín, que se extiende durante tres horas y coincide con la tradicional hora de la siesta en España, parece encontrarse en una lucha constante con el sueño de sus espectadores.
El peculiar incidente no es una novedad para Ónega, quien ha observado con cierta resignación cómo algunos asistentes, vencidos por el cansancio, acaban rindiéndose ante el sueño en plena grabación. La situación se ha vuelto lo suficientemente habitual como para comentarla en el aire, aunque siempre con un tono de buen humor y comprensión hacia quienes sucumben ante la necesidad de descansar.
Durante el último programa, tras discusiones sobre temas de actualidad como la crisis de reputación de Karla Sofía Gascón y la exposición pública de los hijos de Shakira, ‘Y ahora Sonsoles’ abordó la narcolepsia, un trastorno que provoca somnolencia incontrolable. Fue entonces cuando un nuevo episodio de sueño sorprendió a las colaboradoras Lorena Vázquez y María Manjavacas, quienes no pudieron evitar reír al ver a una mujer en el público luchando contra el sueño.
Ónega, mostrando su carisma, se acercó a la mujer que negó estar dormida a pesar del evidente sopor. La presentadora, entre bromas, indagó sobre la alimentación de la espectadora sugiriendo si un platillo pesado como el cocido podría ser el culpable, a lo cual la espectadora aclaró haber consumido una ensalada y un café, presumiblemente no suficiente para mantenerse alerta.
Este no fue un caso aislado. La propia Ónega admitió que en episodios anteriores hubo instancias similares, incluyendo una ocasión en la que no lograron capturar el momento en cámara. Pese a los pequeños contratiempos, el programa continuó adelante, dejando estas anécdotas como parte de las peculiaridades del directo y ofreciendo a la audiencia momentos de risa y humanidad.
‘Y ahora Sonsoles’, al parecer, se ha convertido en un reflejo de la vida cotidiana de muchos, donde el ajetreo diario y la búsqueda de un momento de descanso pueden hacer que incluso un programa de televisión en vivo se convierta en un inesperado lugar de reposo. Esto no solo destaca la flexibilidad y el buen humor de Ónega y su equipo, sino también la cercanía y la empatía que el programa intenta mantener con su público, incluso en los momentos más soporíferos.