En el panorama televisivo español, un nuevo desencuentro ha captado la atención del público y los medios. Pablo Motos, emblemático presentador de «El hormiguero», ha salido al paso de las recientes acusaciones vertidas por David Broncano desde el plató de «La revuelta». Esta controversia se centra en torno a la cancelación de una entrevista con el piloto Jorge Martín, un incidente que ha trascendido más allá de lo meramente anecdótico, insinuando posibles conflictos de interés tras las bambalinas de Televisión Española.
La disconformidad de Motos no se hizo esperar, y en una reciente emisión de su programa, se defendió con vehemencia ante lo que consideró un ataque no justificado. «Que se caigan los invitados de la agenda es lo más normal en cualquier programa. Y ahí está la destreza de un buen equipo para encontrar una forma de sacarlo adelante decentemente», afirmó, restándole importancia al hecho en sí y criticando la reacción desproporcionada que, a su juicio, ha tenido la competencia.
Pablo Motos lamentó que el incidente se haya magnificado hasta el punto de considerarse «una cuestión de Estado», poniendo de manifiesto la escalada que han tomado los eventos. La controversia no se ha limitado a los implicados directos; figuras destacadas de Atresmedia se han pronunciado en defensa de Motos. Desde Susanna Griso en «Espejo público» hasta Iñaki López y Cristina Pardo en «Más vale tarde», las muestras de apoyo no se han hecho esperar, culminando con el respaldo explícito de Sonsoles Ónega en su programa «Y ahora Sonsoles».
La presentadora apoyó la postura de Motos, enfatizando la existencia de una «regla no escrita de cortesía televisiva» que se supone debe prevalecer. Este hecho subraya las tensiones existentes entre cadenas y programas por contar con invitados de relevancia en exclusiva. Ónega no solo apoyó a su compañero de cadena, sino que además extendió una invitación a Pablo Motos para discutir estos y otros temas en su espacio, mostrando un interés en profundizar en el debate sobre la ética y la competencia en el ámbito televisivo actual.
El aplauso del público ante las declaraciones de Ónega, quien no dejó espacio para más comentarios sobre el asunto, parece sugerir que, al menos dentro de Atresmedia, existe un consenso sobre la injusticia percibida contra Pablo Motos. Así, lo que en principio podría parecer un inconveniente menor en la agenda de un programa ha destapado una serie de cuestionamientos sobre la dinámica competitiva, la ética profesional y la solidaridad entre comunicadores en la televisión española.