Esta tarde, el Museo Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia se convirtió en un espacio de profunda reflexión y duelo al acoger el homenaje de Estado en memoria de las víctimas de la DANA, un año después de la devastadora tragedia. La trascendencia de esta ceremonia hizo que las principales cadenas de televisión se movilizaran para ofrecer una cobertura en directo, entre ellas, el programa “Y ahora Sonsoles”, que destacó en la narración de este emotivo acto.
El funeral fue testigo de una notable asistencia, no solo de los familiares de las víctimas, sino también de figuras prominentes del país. Sin embargo, la presencia del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, resultó particularmente controvertida. A pesar de los deseos expresados por las víctimas de no coincidir con él, Mazón se presentó y fue recibido con abucheos e insultos, una clara manifestación de la tensión política que sobrevuela el evento.
Por otro lado, la llegada de los Reyes de España fue marcada por un ambiente diferente. Felipe VI, en su discurso, se mostró empático con el dolor que sigue presente entre los afectados y enfatizó la necesidad de «analizar las causas y consecuencias de la tragedia». Este gesto de cercanía contrastó con las críticas que en su momento habían recibido los monarcas en Paiporta, donde fueron abucheados tras el paso de la tormenta.
En un análisis sobre este cambio de percepciones, el periodista Ángel Antonio Herrera comentó que aquel primer encuentro con el descontento popular había marcado un hito en la historia constitucional española. Sin embargo, la habilidad del rey para acercarse a la gente ha generado, según Herrera, un renovado respeto hacia la figura de la Corona en tiempos difíciles.
Las opiniones de los tertulianos en “Y ahora Sonsoles” resonaron en un sentido similar: los reyes son vistos como verdaderos representantes de los ciudadanos, en contraste con un panorama político que, consideran, se encuentra atrapado en la controversia. La presentadora, en un momento inusual para ella, hizo un llamado a la necesidad de una Jefatura del Estado neutral, destacando que «la política actual es puro fango».
A medida que el país conmemora esta tragedia, el homenaje se convierte en un crisol de emociones encontradas, donde el dolor de las víctimas se mezcla con la necesidad de un cambio en el discurso político. En este rincón de Valencia, más que un simple acto conmemorativo, se palpa la urgencia de sanar no solo las heridas físicas, sino también las profundas divisiones sociales que la tragedia dejó al descubierto.

 
							 
 
				







 
 
 
 
 
 

