En una noche cargada de expectativas y revelaciones bajo las luces del icónico restaurante de ‘First Dates’, Helena, una prometedora estudiante de diseño de moda de 20 años, originaria de las ciudades andaluzas de Jaén y Granada, buscó encontrar el amor o al menos una conexión especial en el escenario perfecto para los románticos empedernidos. Mientras sus prioridades se centran en culminar sus estudios universitarios, Helena confiesa que en cuestiones del corazón, desea a alguien capaz, comunicativo, sincero y, sobre todo, que tenga la habilidad de hacerla reír.
La noche del lunes, 10 de junio, se vislumbraba prometedora cuando Manuel, un cantautor malagueño de 23 años, cruzó la puerta del restaurante para encontrarse con Helena. Su juventud y vocación artística auguraban un encuentro lleno de afinidades y, posiblemente, chispazos de amor.
La velada se adentró en un terreno de franqueza y vulnerabilidad cuando Helena compartió una parte muy personal de su historia: la incertidumbre sobre su fecha de nacimiento, un detalle que desconoce debido a las circunstancias que rodearon su abandono en un orfanato. Sin embargo, lo que podría ser un momento sombrío, lo llevó con una resolución y fuerza, demostrando que su pasado no define su capacidad para vivir y amar plenamente.
El ‘dating show’ no perdió el tiempo y sumergió a los jóvenes en el juego de las preguntas íntimas y audaces, incluyendo fantasías y la posibilidad de relaciones abiertas. A pesar del juego de preguntas y respuestas, en el que se exploraron temas como la represión y las preferencias personales en las relaciones, la respuesta de Manuel a la idea de compartir o tener una relación abierta, demostró que ambos compartían diferentes visiones sobre cómo vivir un romance.
A pesar de la apertura y las risas compartidas, la decisión final de Helena sugirió que la búsqueda del amor verdadero requeriría de más que coincidencias en respuestas audaces o el simple hecho de compartir una cena. La conclusión de la noche dejó a Helena rechazando la posibilidad de una relación romántica con Manuel, expresando una falta de conexión en ese nivel especial que ambos buscaban.
Esta cita en el ‘First Dates’ fue un recordatorio de que el amor puede ser impredecible y que, a veces, encontrar a alguien que resuene con nuestras propias verdades y deseos puede ser más desafiante de lo esperado. Mientras tanto, Helena sigue adelante, con la mirada puesta en su futuro académico y personal, dejando abierta la puerta al amor, esperando que la próxima vez, la chispa del romance se encienda en su corazón.
