El proceso judicial contra J.C.R.F., a quien se le imputan los delitos de asesinato y agresión sexual, vivió su jornada de conclusiones finales este jueves, con la Fiscalía manteniendo su petición para que el acusado sea condenado a prisión permanente revisable. Los sucesos, que tuvieron lugar en Almonacid de Toledo en 2022, conmocionaron a la comunidad cuando se descubrió que el acusado había asesinado a su exmujer y posteriormente intentó simular un accidente de tráfico al atropellar su cuerpo con un vehículo.
La fiscal del caso no ha modificado su postura en absoluto y ha enfatizado la corroboración de la versión de los hechos por parte de testigos, médicos forenses y guardias civiles, que han desmontado al detalle las alegaciones del acusado.
Durante el juicio, la fiscal destacó la crueldad y premeditación del crimen, alegando que los celos habrían sido el móvil del asesinato. Según su perspectiva, J.C.R.F. no soportaba la idea de que su exesposa pudiese tener una nueva vida con un compañero de trabajo, descrito por la fiscalía como «V.T.» La fiscal también rechazó la defensa del acusado, que insinuaba que un comentario despectivo de la víctima habría desencadenado su violenta reacción.
Además, la fiscalía minimizó la teoría defensiva de que la muerte fue accidental y ocurrió fuera del vehículo. Más bien, los fiscales presentaron evidencia que sugería que la mujer fue estrangulada dentro del automóvil, un lugar donde ella no tendría posibilidad de defensa. Tras el asesinato, indicaron los fiscales, el acusado intentó encubrir su crimen al atropellar el cadáver con su coche.
Por su parte, la acusación particular, representada por la letrada del Gobierno regional, coincidió con la petición de prisión permanente revisable de la Fiscalía y apuntó al acusado como alguien que actuó con alevosía y un sentido de propiedad sobre la vida de su exmujer.
Mientras tanto, la defensa ha modificado su petición inicial de libre absolución por una de homicidio doloso. El abogado de la defensa refutó que el feminicidio estuviese motivado por celos, alegando que era improbable dado que el compañero de trabajo presuntamente había cortado la relación y bloqueado a la víctima en su teléfono móvil. Además, invitó al jurado a basarse en pruebas tangibles como documentos e imágenes a la hora de emitir un veredicto.
Finalizando el día, se presentaron testimonios de expertos que analizaron rastros de ADN encontrados en las manos de la víctima, así como restos de semen detectados en un lavado vaginal, que contenían ADN de al menos dos personas, identificadas como el acusado y la víctima. La defensa se aferra a estos hallazgos para negar la acusación de agresión sexual, dado que no se encontraron restos de semen en las prendas íntimas de la mujer y al hecho de que no se pudo establecer un tiempo preciso para la relación sexual a partir de la evidencia de ADN.
Con todas las pruebas presentadas y los argumentos finalizados, el caso queda ahora en manos del jurado, que deberá determinar la culpabilidad del acusado y, en consecuencia, su sentencia.