En un caso que ha conmocionado a Francia, la fiscal Laure Chabaud ha pedido la máxima condena de 20 años de cárcel para Dominique Pelicot por una serie de delitos de violación que se extendieron durante una década contra su propia esposa. Se le acusa de haberla drogado sistemáticamente para facilitar los abusos, además de ofrecerla a decenas de hombres, lo que agrava aún más su situación legal.
Durante el juicio en Aviñón, en el sureste de Francia, la fiscal Chabaud describió a Pelicot como «un hombre perverso, egocéntrico, perturbado», cuya conducta no conoció límites. «Veinte años es mucho tiempo… pero es demasiado poco teniendo en cuenta la gravedad de los actos cometidos y repetidos», expresó Chabaud, destacando la severidad de los delitos.
Pelicot, que reconoció los delitos que se le imputan, documentó miles de actos de violación en fotos y vídeos, que ahora sirven como pruebas clave contra los 51 hombres acusados junto a él. La mayor parte de estos niegan las acusaciones, alegando que creían que la víctima estaba de acuerdo, argumento rechazado firmemente por el fiscal François Mayet, quien subrayó: «Gisèle Pelicot fue reducida a un objeto. El consentimiento no estuvo presente ni antes ni durante el acto».
La revelación de unos 20.000 documentos visuales grabados por Pelicot ha puesto de manifiesto «la extrema violencia de los crímenes». Los hechos ocurrieron entre julio de 2011 y octubre de 2020, empezando en la región parisina y trasladándose más tarde a Mazan, cerca de Aviñón, tras la jubilación de los Pelicot.
El caso salió a la luz en septiembre de 2020 tras el arresto de Pelicot por un delito menor, lo que llevó a la incautación de su material informático y al descubrimiento de los abusos.
Ante estas alegaciones, Isabelle Zavarro, abogada de Dominique Pelicot, expresó su expectativa de una alta condena pero se mostró sorprendida por la dura descripción de su cliente por parte de la fiscalía. Zavarro sugirió la posible utilización de elementos de la biografía de Pelicot como parte de su defensa, insinuando abusos sufridos durante su niñez y adolescencia.
Este juicio resalta no solo la gravedad de los delitos sino también los desafíos legales y emocionales de hacer justicia en casos de abusos sexuales prolongados y complejos. La comunidad espera ahora la resolución judicial, mientras que la sociedad francesa reflexiona sobre la necesidad de proteger a las víctimas y prevenir futuros abusos.