Solicitan más de 16 años de condena para implicado en tiroteo a quemarropa tras altercado familiar en Toledo

Piden más de 16 años para un acusado por disparar a bocajarro a un hombre por una riña familiar en Toledo

La Sección Segunda de la Audiencia Provincia de Toledo se prepara para acoger este próximo miércoles, 20 de diciembre, el juicio contra C.M.R., acusado de un intento de asesinato ocurrido en agosto de 2021. El Ministerio Público solicita una pena de 14 años y 9 meses de prisión por este cargo, además de una condena de dos años por tenencia ilícita de armas, luego de disparar en repetidas ocasiones a un hombre en el recinto ferial de La Peraleda, en Toledo, tras una disputa familiar.

Además de C.M.R., otros dos individuos enfrentarán a la justicia en este caso. A.S.R. es señalado como cómplice en el ataque y la Fiscalía pide para él cuatro años de prisión, mientras que D.M.C. enfrenta una acusación menor de amenazas, con una solicitud de un año de encarcelamiento.

Los problemas se inicio a partir de la relación previa entre C.M.R. y M.H.S., y la eventual paternidad compartida, la cual derivó en conflictos serios y enfrentamientos entre las familias implicadas. Una llamada telefónica entre D.M.C., padre del acusado, y R.H.S., padre de M.H.S., muestra la tensión existente, con D.M.C. expresando amenazas de muerte en un tono de gran ira.

El incidente por el que se juzga a C.M.R. sucedió en la noche del 20 de agosto de 2021. Él y A.S.R., junto a un tercer hombre no identificado, visitaron el recinto de La Peraleda con el objetivo de localizar y atacar a miembros de la familia de R.H.S. Allí encontraron al hermano de M.H.S. y, según la Fiscalía, luego de golpear la ventanilla del coche de la víctima y recibir un arma de A.S.R., C.M.R. disparó e hirió a la víctima antes de intentar acabar con su vida efectuando seis disparos a quemarropa.

A pesar de la gravedad de la agresión, la intervención oportuna de los servicios médicos evitó un desenlace fatal. La víctima, J.H.S., resultó gravemente herida con balas que comprometieron zonas vitales y sufrió lesiones permanentes que han requerido múltiples tratamientos y cirugías, incluyendo una larga estadía y rehabilitación en el Hospital Nacional de Parapléjicos.

Los disparos fueron realizados con una pistola de calibre 22, y el acusado C.M.R. no contaba con licencia para portar armas. Este juicio marcará la determinación judicial ante una serie de eventos violentos y relaciones tormentosas que han culminado en un acto de intento de asesinato y las graves secuelas que ahora enfrenta la víctima.

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