Soldados Israelíes Bajo Escrutinio por Ataques Contra Puesto de la FINUL en Líbano, Denuncian Cascos Azules

La Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) se ha visto en una situación extremadamente tensa después de denunciar que soldados israelíes dispararon contra uno de sus puestos de observación el pasado 22 de octubre en la aldea de Dhayra, en el sur de Líbano. Según la misión, este acto se produjo mientras los soldados llevaban a cabo operaciones de limpieza en viviendas cercanas, obligando a los cascos azules a retirarse para evitar ser impactados.

El comunicado publicado por la FINUL no solo aborda este incidente aislado, sino que también señala un patrón de presiones por parte del ejército israelí, que ha exigido en repetidas ocasiones que la misión de paz desaloje sus posiciones a lo largo de la Línea Azul, que sirve de divisoria entre Líbano e Israel. Esta línea es crucial para la FINUL, cuyas tareas incluyen monitorizar la franja fronteriza y asegurar la paz en la región.

Es más, la misión ha acusado a Israel de dañar deliberadamente equipos de cámaras, iluminación y comunicaciones en varias de estas posiciones estratégicas, lo que podría verse como un esfuerzo por cegar a la comunidad internacional frente a los desarrollos en la tensa frontera. A pesar de estas adversidades, la FINUL, actualmente bajo mando español, ha reiterado su compromiso de seguir adelante con sus tareas de vigilancia e información, recordando al ejército israelí y a todos los actores en la región, incluido el grupo chií Hezbolá, sus obligaciones de proteger al personal y bienes de las Naciones Unidas.

Este llamado llega en un momento crítico, luego de que la FINUL también denunciara la demolición «deliberada» de una torre de observación y la valla perimetral de una de sus posiciones en el sur de Líbano a manos de Israel el pasado 20 de octubre. Estas acciones, sumadas a la reciente agresión contra el puesto de observación en Dhayra, son consideradas por la misión como una «grave violación del derecho internacional humanitario» y de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que buscó poner fin al conflicto entre Israel y Hezbolá en 2006.

La comunión internacional observa con creciente preocupación estos acontecimientos, que potencialmente podrían desencadenar un nuevo ciclo de violencia en una región ya marcada por décadas de conflicto. La insistencia de la FINUL en mantener su posición y continuar con su mandato en el Líbano meridional es un claro mensaje de la ONU a todas las partes involucradas de la importancia de respetar las normas internacionales establecidas para la paz y la seguridad internacional.

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