Una mañana fría y lluviosa en Socuéllamos convirtió el césped del Paquito en una pista de patinaje, el escenario perfecto para un partido donde los pequeños detalles desequilibrarían la balanza. Y, como en la vida misma, el Yugo Socuéllamos demostró que cuanto más difícil es la situación, menos se tiene que perder. Con un ambientazo que no se recordaba en las gradas, el equipo local, necesitado como nunca de los tres puntos, afrontó el duelo con aires de final ante un Coria en racha y tercer clasificado de la tabla.
La baja por lesión de Adri Díaz y la sanción de su mister, Jacinto Trillo, dejaron el timón en manos de Moi Arribas. Frente a ellos, un rival incómodo. Pero desde el pitido inicial, se vio un Yugo transformado. Salieron enchufados, con una intensidad que no había mostrado en semanas. Carlos García, con sus saques de banda, ya era un aviso de que la mañana podía ser diferente.
El Yugo Socuéllamos se creció en la adversidad
La segunda parte fue un ejercicio de control y madurez. El Coria intentó tener la posesión, pero se encontró con un Yugo bien plantado en el campo, que cortaba todas las vías de peligro. La sentencia pudo llegar en el minuto 67, con un penalti claro sobre Carlos García. Legaz se encargó del lanzamiento, pero su disparo fue manso y centrado a las manos de Loscos. Un fallo que no llegaría a pasar factura. En los minutos finales, el Coria tuvo su ocasión más clara con Mba, que mandó el balón por encima del travesaño, y el Yugo la suya con Verdú, que falló por poco. Pero el marcador ya no se movería. Como la vida misma, el Yugo creció ante la adversidad. Esta victoria, balsámica y trabajada, debe ser un punto de inflexión. Demostró que no merece ir tan atrás en la tabla y que, cuando la actitud y la suerte se alinean, los resultados llegan. La próxima parada es Valdebebas, donde un Real Madrid C herido, que ha sumado un punto de 9 posibles querrá los 3 puntos también. La obligación del Yugo, ahora, es seguir sumando de tres en tres.

















