Siete consejos para el éxito del teletrabajo post-pandemia

Cuando las oficinas se vieron obligadas a echar el cierre por la llegada de la pandemia, muchos empleados teletrabajaron por primera vez. Los datos de una encuesta que realizó el Banco de España después de la llegada del COVID-19 reflejan que el 80% de las empresas aumentaron el trabajo en remoto a pesar de que hasta entonces en España solamente el 4,8% de las personas empleadas teletrabajaban, de acuerdo a datos del INE. El mundo laboral conocido en la era pre-COVID cambió por completo. En parte, estos cambios llegaron para quedarse.

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Esta es la opinión de los exportes, que apuntan a un nuevo modelo de trabajo en el que se teletrabajará al menos una parte de la jornada semanal. Pero advierten que, para que tenga éxito, las empresas deben corregir algunos fallos que se vieron con frecuencia en el marco de la pandemia. “Hay que evitar entender el teletrabajo como «lo mismo, pero online». El teletrabajo requiere modos de organizar y comunicar diferentes”, explica Eva Rimbau, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y una de las ponentes de la charla El liderazgo del teletrabajo que se celebrará el próximo 26 de mayo en el marco del ciclo Retos.

Entre los errores cometidos por muchas empresas al desarrollar el teletrabajo, figura la fatiga de zoom, un fenómeno que surge de las largas horas frente al ordenador en reuniones virtuales. De acuerdo al profesor Jeremy Bailenson, autor de un estudio que examina las consecuencias psicológicas que puede traer pasar mucho tiempo en este tipo de plataformas, las reuniones virtuales pueden añadir un estrés adicional. Especialmente a las mujeres, que de acuerdo a una nueva investigación padecen la llamada fatiga de zoom un 13,8% más que los hombres. Combatirla es uno de los desafíos del nuevo mundo laboral.

“Se debe asegurar la desconexión digital de las personas que teletrabajan”, señala Carmen Seisdedos, subdirectora de Evaluación e Innovación del Instituto Andaluz de Administración Pública (IAAP) y también ponente en el ciclo Retos. En su opinión, asegurar esa desconexión del personal es parte del trabajo de los cargos directivos, que deben apoyar a sus empleados también en este aspecto. “Es inviable que se esté permanentemente preparado para que en cualquier momento salte la videoconferencia. Por eso es necesaria una planificación muy exhaustiva”, afirma.
Este es solamente uno de los consejos de los expertos para el desarrollo de un teletrabajo exitoso. Pero hay otras recomendaciones clave:

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1. Planificar la comunicación. Si el objetivo es lograr maximizar la productividad del teletrabajo, planificar cómo comunicarse con los empleados es un punto imprescindible. Como explica Eva Rimbau, esa planificación hay que realizarla desde la calma, “explicando puntualmente las prioridades, las decisiones y las herramientas de la organización y de cada equipo, y eligiendo los canales más adecuados para el fin perseguido. En muchas ocasiones no es necesaria una videoconferencia”, asegura.
2. Articular mecanismos de comunicación diferentes a los que teníamos en la oficina. Algo que no se suele tener en cuenta en el desarrollo del teletrabajo es la comunicación informal. Entre otras cosas, porque “ya no tenemos la máquina de café ni el pasillo, por lo que debemos sustituir esos espacios por otros que tengan la misma calidez y esa misma informalidad que permite comunicarte con los equipos también de otra forma”, advierte Carmen Seisdedos.
3. Generar espacios para consultar dudas. También es un punto fundamental para el buen desarrollo del trabajo en remoto generar dispositivos comunes donde los empleados puedan acudir a consultar dudas. “Eso que antes resolvíamos entrando al despacho del jefe y preguntando cara a cara tiene que tener también su espacio en online. Y en la medida de lo posible, debe ser un espacio en el que todo el mundo aporte, no solo el directivo”, aclara Seisdedos, vicepresidenta de la asociación Mujeres en el Sector Público.
4. Combinar el teletrabajo con cierta presencialidad. Según el informe “El Futuro del Trabajo tras el COVID-19”, de la consultora de recursos humanos Robert Walters, tan solo un 7% desea volver a la oficina a tiempo completo tras la pandemia, mientras que a un 32% de los profesionales les gustaría poder trabajar desde casa de manera permanente. Una de las razones es que contarían con cierta flexibilidad horaria. Pero, en opinión de los expertos, el modelo de trabajo que se impondrá en el futuro no se basará únicamente en el trabajo a distancia. “Lo ideal es que el teletrabajo se combine con cierta presencialidad porque eso va a permitir el contacto social generador de mayor implicación y compromiso con la organización y con las personas”, señala la subdirectora de Evaluación e Innovación del IAAP. También es la opinión de Rimbau, que cree que, siempre que sea posible, se debe procurar que los miembros del mismo equipo se conozcan mejor mediante encuentros presenciales.
5. Confiar en los miembros del equipo. Ambas expertas advierten que, por mucho esfuerzo que se invierta en todo lo anterior, trabajando la comunicación online, formando a responsables directivos y personas empleadas para la nueva forma de relacionarse en remoto y facilitando un modelo híbrido que haga posible cierta presencialidad, el rendimiento profesional no será óptimo si no se tiene presente que el teletrabajo debe de basarse en la confianza en los equipos. Y que es necesario asumir que esa confianza se desarrolla más lentamente en un entorno virtual, por lo que hay que potenciarla.
6. Atender al lado humano. Para cumplir con el punto anterior, Eva Rimbau propone que se garantice que se conozcan las competencias de los demás, mediante la comunicación informal o las actividades de intercambio de conocimientos, haciendo visible el lado humano de cada uno, además de ofreciendo consejos técnicos y sobre bienestar físico y emocional.
7. Diseñar bien los equipos. Como explica la profesora de la UOC, también es importante evitar equipos de gran tamaño, definir claramente las funciones de cada persona y rediseñarlas en el caso de equipos previamente muy interdependientes, además de organizar sesiones de coordinación bien planificadas, “facilitando una agenda previa y fomentando la puntualidad, la participación y la escucha activa, y especificar procedimientos, normas y responsabilidades para los empleados individuales, los equipos y la organización en su conjunto”, sostiene la profesora Eva Rimbau.

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