Sheinbaum Revive los Controversiales ‘Agravios de España’ Siguiendo el Legado de AMLO

En la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como nueva presidenta de México, prevista para el próximo 1 de octubre, resonará la ausencia de un invitado internacional significativo: España, cuyo monarca, el rey Felipe VI, no formará parte de la ceremonia. Esta situación, marcada por la decisión del gobierno mexicano de excluir al rey de la lista de invitados, ha escalado hasta el punto de que España ha declarado oficialmente que no participará en el evento «a ningún nivel», calificando la exclusión del rey como «inaceptable».

El núcleo del desaire radica en una carta enviada hace cinco años por el entonces presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador al rey Felipe VI, solicitando disculpas por los abusos cometidos contra los pueblos indígenas de México durante la conquista. La falta de una respuesta a esta carta ha sido citada como la razón principal de la exclusión del rey de la ceremonia de toma de posesión, según explicó Sheinbaum en un reciente comunicado.

La controversia no solo ha reavivado el siempre delicado tema de la conquista española en las relaciones entre México y España, sino que también ha planteado preguntas sobre la dirección futura de la diplomacia mexicana bajo la lideratura de Sheinbaum. Hasta la fecha, la postura de Sheinbaum parece indicar un seguimiento de las políticas exteriores de López Obrador, que en ocasiones han resultado en tensiones diplomáticas con España.

Aunque líderes mundiales de la talla de Vladímir Putin y Nicolás Maduro han sido invitados a la toma de posesión, marcando una clara elección en las alianzas políticas de México bajo la próxima administración, el mensaje hacia España parece ser uno de los aspectos más destacados en la agenda política de Sheinbaum.

La futura presidenta de México ha insinuado un fuerte compromiso con continuar las políticas de López Obrador, incluido su enfoque hacia España. Durante su campaña, Sheinbaum no solo prometió mantener el legado de su predecesor, sino que López Obrador, conocido por su marcado liderazgo y estilo populista, espera seguir ejerciendo influencia dentro del gobierno mexicano.

La política internacional será sin duda un terreno desafiante para Sheinbaum, quien deberá manejar con cuidado las relaciones de México tanto con sus vecinos como con la comunidad internacional ampliada. La exclusión de España en la ceremonia de toma de posesión es un claro indicio de que ciertos aspectos de la política exterior de López Obrador persistirán, por lo menos en el inicio de su mandato. Sin embargo, queda abierta la pregunta sobre si esta será una característica permanente de su presidencia o si, en algún momento, México buscará suavizar sus posturas y reconstruir ciertos puentes diplomáticos. Hasta el momento, la lista de invitados a la ceremonia y los pronunciamientos oficiales sugieren una continuidad en la línea política de López Obrador respecto a España, lo que podría tener repercusiones en las relaciones bilaterales a largo plazo.

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