En un evento sin precedentes para México, el país llevó a cabo este domingo su primera elección judicial, un proceso donde se eligieron democráticamente a jueces, magistrados y ministros, marcando así una jornada histórica que, sin embargo, estuvo caracterizada por una participación ciudadana notablemente baja, fluctuando entre el 12,57% y el 13,32%.
Durante estos comicios se disputaron 2.681 cargos del poder judicial, una cifra que resalta la magnitud de este ejercicio democrático en el que miles de candidatos compitieron por un puesto. A pesar del entusiasmo gubernamental respecto a la implementación de este sistema electoral, los resultados oficiales se harán esperar, pues no se tienen previstos hasta transcurridos unos 10 días después de la jornada electoral.
La presidenta Claudia Sheinbaum, figura clave detrás de la propuesta de esta elección judicial, se refirió al evento como un «éxito», destacando el carácter histórico de permitir por primera vez que la ciudadanía mexicana elija de manera directa a los miembros de su poder judicial. Esta medida representa el cambio más significativo en la estructura judicial del país en las últimas tres décadas y forma parte de los esfuerzos de la presidenta para renovar y democratizar la judicatura, a menudo criticada por su conexión con prácticas de nepotismo y su presunta relación con la delincuencia organizada.
A pesar de los avances democráticos que sugiere este proceso, la baja participación ha sido interpretada como un revés para la presidenta Sheinbaum, quien esperaba superar el 20% de participación, un objetivo que se quedó corto incluso respecto a procesos electorales anteriores llevados a cabo bajo el mandato de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador.
La jornada electoral, descrita por Sheinbaum como «transparente», estuvo también bajo la mirada crítica de sectores académicos, organismos internacionales y asociaciones judiciales, quienes anticiparon complicaciones debido a la complejidad del proceso y la falta de información entre los votantes, además del temor a la infiltración del crimen organizado en el poder judicial.
El avance del recuento de votos, particularmente para los candidatos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, marcaba apenas poco más del 9% al corte de las 23.00 horas, lo que subraya la expectativa de un recuento nacional que se extenderá hasta el 15 de junio para clarificar los resultados definitivos. Este es solo el comienzo de un proceso escalonado, pues en 2027 se celebrará otro ciclo electoral para elegir a la otra mitad de jueces de distrito y magistrados de circuito.
La primera elección judicial por voto popular en México ha abierto un nuevo capítulo en la historia política y jurídica del país, presentando tanto un avance democrático como desafíos significativos, que serán cruciales de abordar en los próximos años para asegurar la integridad y efectividad del poder judicial mexicano.
