La tensión entre los trabajadores de RTVE y la dirección de la Corporación ha tomado un nuevo giro. CCOO ha emitido un contundente comunicado que pone de relieve un descontento creciente entre el personal. Aunque no cuestionan los positivos datos de audiencia que ha registrado la cadena pública en ciertos programas, el sindicato critica una desconexión entre el éxito externo y la situación interna de los empleados, a quienes describen como desmotivados y desconcertados.
El principal reclamo de CCOO se centra en la falta de un relato claro por parte de la Presidencia. Aseguran que hay un desconocimiento difuso entre los trabajadores sobre los planes futuros y los proyectos de producción, lo que genera confusión y desconfianza. Esta situación es vista como un contraste con el compromiso oficial de transparencia de la entidad. La opacidad respecto a decisiones como la eliminación de programas de producción propia alimenta la sensación de improvisación que muchos en la plantilla perciben.
Una de las críticas más concernientes del sindicato es la creciente externalización de la producción. A pesar de contar con espacios de trabajo como los platós de Prado del Rey, hay numerosos puestos no cubiertos en áreas operativas esenciales, que ahora son ocupados por personal de productoras externas. Esta tendencia es particularmente alarmante en el campo informativo: con cerca de 2.000 profesionales en plantilla, CCOO considera que es inaceptable que RTVE dependa de contrataciones externas para ciertas producciones, algo que no hace más que penalizar la producción interna y aumentar costos, además de restar control editorial a la Corporación.
El sindicato enumera una serie de roles clave que históricamente han sido parte de RTVE y que ahora son gestionados por terceros: diseñadores gráficos, guionistas, productores, reporteros gráficos y especialistas en tecnología de imagen. Esta situación plantea serias dudas sobre la independencia y pluralidad de la línea editorial, algo que inquieta especialmente a los trabajadores que ven cómo el control sobre el contenido se diluye.
La raíz del problema, según CCOO, reside en la tasa de reposición de personal. Desde hace años, reclaman un incremento de plazas disponibles, sobre todo en áreas técnicas. Consideran que la solución es sencilla y que depende de la voluntad política y estratégica de quienes dirigen RTVE.
Por si esto fuera poco, nuevos movimientos refuerzan la tendencia de externalización. Anunciado para enero, la productora encargada de «Malas Lenguas» comenzará a contratar a montadores que utilizarán equipos de RTVE, mientras que los montadores de “Directo al grano” también provienen de productoras externas. CCOO ve en estas decisiones un modelo que desplaza cada vez más a la plantilla propia.
La gestión de colaboradores y participantes en los programas también ha pasado a manos de las productoras, lo que introduce sesgos y reduce el control de RTVE sobre su propia programación. Estas quejas se han hecho particularmente patentes en el último año, con un fuerte clamor por parte de los empleados que sienten que su voz no está siendo escuchada.
En cuanto a los problemas logísticos, CCOO señala la situación de los platós. Aunque RTVE recurre al alquiler de espacios externos o enfrenta una saturación de los estudios, el sindicato propuso recuperar y acondicionar dos espacios en la Casa de la Radio de Prado del Rey como soluciones viables que han sido ignoradas por la dirección.
El mensaje que emana del comunicado es claro: CCOO exige a la Presidencia un giro hacia la transparencia y la participación interna. Reclaman la convocatoria de una jornada donde se explique de forma clara el proyecto de servicio público de RTVE, para abrir el debate y disipar la incertidumbre reinante. Para el sindicato, la audiencia puede ser un objetivo, pero no puede ser el único. El futuro de RTVE, según ellos, debe centrarse en fortalecer la producción propia y recuperar el talento interno, priorizando siempre el servicio público.

















