El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) ha marcado un hito en la gestión pública al incorporar, por primera vez, las políticas de igualdad de las empresas que se presentan a licitaciones públicas como criterio de desempate en la adjudicación de un contrato. Esta decisión se tomó cuando dos empresas que habían presentado ofertas para dos lotes del Acuerdo Marco destinado a la selección de proveedores de medicamentos biológicos para centros sanitarios lograron empatar en la puntuación en los criterios técnicos y económicos.
Según informó la Junta a través de una nota de prensa, la Mesa de Contratación del Sescam se vio obligada a recurrir a estos nuevos criterios de desempate, establecidos en el Pliego de Cláusulas Administrativas Particulares. En este sentido, el primer criterio evaluado fue el porcentaje de personal con discapacidad en plantilla, que debe ser superior al que impone la normativa. Sin embargo, ambas empresas contaban con el mismo número de trabajadores fijos con discapacidad, lo cual llevó a considerar el segundo criterio de desempate.
Este segundo criterio implicó un análisis del mayor número de medidas de cumplimiento con la Ley 12/2010, que promueve la igualdad entre hombres y mujeres en Castilla-La Mancha. Para ello, el Área de Contratación del Sescam solicitó un análisis e informe a la Unidad de Igualdad de Género, que revisó la documentación presentada por ambas empresas, comparando sus Planes de Igualdad y otras informaciones relevantes.
El informe analizó, en primer lugar, los Planes de Igualdad de cada una de las entidades y posteriormente se centró en una comparación más detallada de sus compromisos para mejorar la situación de igualdad. En este sentido, se consideraron aspectos como la selección y contratación, la promoción profesional, la conciliación laboral, el acoso sexual y las retribuciones.
Además, se tuvieron en cuenta los preceptos de la Ley de Igualdad que promueven una representación equilibrada de mujeres y hombres en los órganos de dirección de ambas empresas. También se valoró la sistemática inclusión de variables de sexo en las estadísticas y mitigar las desigualdades entre géneros a través del uso de indicadores que aporten un mejor conocimiento de las diferencias de roles y situaciones.
La evaluación incluyó, asimismo, la incorporación de incentivos para fomentar el empleo femenino y facilitar la conciliación de la vida personal y laboral, así como medidas para prevenir el acoso sexual y garantizar la igualdad salarial entre hombres y mujeres. Todo este proceso resalta el compromiso del Sescam no solo con la eficiencia en la contratación, sino también con la promoción de la igualdad en su ámbito de actuación.