Durante la anterior temporada de caza 2017-2018, los servicios de salud pública de veterinarios oficiales de la Dirección Provincial de Sanidad inspeccionaron un total de 270.003 piezas de caza para garantizar la seguridad e higiene alimentaria en el consumo humano de este tipo de carne, así como en la comercialización de este sector tan importante para la provincia de Toledo, que actualmente está cerrando los datos de la presente temporada de caza 2018-2019, centrada principalmente entre los meses de octubre y febrero.
De todo este volumen de piezas inspeccionadas en la provincia en anterior temporada, 55.493 eran de caza mayor, siendo en su mayoría ciervos (con 25.468 piezas) y jabalíes (con 22.342 piezas), seguido por 4.985 gamos, 1.447 muflones y 1.251 corzos.
A su vez, se inspeccionaron 214.510 piezas de caza menor, principalmente perdices, liebres, conejos, palomas y tórtolas, entre otras especies.
La directora provincial de Sanidad, María del Prado Carretero, explicó que, durante los meses de duración de la temporada de caza, los servicios veterinarios oficiales de la provincia refuerzan el trabajo con la contratación de cuatro veterinarios extra para afrontar la mayor carga de trabajo. Según destacó “se ha producido un incremento en la recepción de piezas que llegan a los establecimientos de manipulación de este tipo de carne existentes en la provincia Toledo, sobre todo, procedentes de otras provincias de Castilla-La Mancha y otras comunidades autónomas”.
En la provincia de Toledo hay 315 lugares de evisceración y locales de inspección registrados, allí se llevan a cabo las inspecciones in situ previas de las piezas abatidas y son documentadas para su traslado a los establecimientos de manipulación de carne de caza autorizados.
En total son once los establecimientos de manipulación de caza autorizados en la provincia, de los cuales en cuatro se manipula exclusivamente caza mayor, en tres sólo caza menor y en otros cuatro tanto caza mayor como menor.
Una vez que las piezas llegan al establecimiento de manipulación, los veterinarios oficiales de salud pública comprueban la documentación que acompaña a cada partida, inspeccionan los canales y realizan análisis para la detección de enfermedades, así como un control del proceso de despiece, envasado y expedición, velando así por que las instalaciones estén dentro de las condiciones de higiene exigidas por las normativas.
De estos establecimientos ubicados en la provincia, los mayores números de inspecciones se registran en Los Yébenes, Ventas con Peña Aguilera, Navahermosa y Torrijos.
Cuando se observan lesiones de enfermedades zoonóticas en alguna pieza, éstas son decomisadas y de todas las piezas inspeccionadas en la provincia, durante la anterior temporada de caza, 36 animales fueron decomisados por tuberculosis y 90 por triquinosis.
La carne de caza de este sector de la provincia de Toledo se consume en todo el mercao nacional, aunque también se exporta en su mayor parte a otros países europeos como Alemania, Francia y Países Bajos.