En un evento sin precedentes que ha conmocionado a fieles de todo el mundo, Roma se ha convertido en el epicentro del adiós global al papa Francisco, fallecido el lunes en circunstancias aún por esclarecer. La Basílica de San Pedro se ha abierto a miles de seguidores que, desde los más diversos rincones del planeta, llegan para rendir tributo al que fuera el líder más progresista de la Iglesia Católica en tiempos recientes. En un acto caracterizado por la sobriedad y la humildad, características que lo definieron en vida, su capilla ardiente marca el inicio de un adiós que se extenderá hasta su funeral el próximo sábado 26 de abril.
Desde la Capilla de Santa Marta, donde residía, el féretro del pontífice ha sido trasladado en procesión a la Basílica de San Pedro. A las 9.00 horas de la mañana del miércoles, comenzó su último viaje, marcando el inicio del periodo de sede vacante hasta el nombramiento de su sucesor. Siguiendo las instrucciones expresas de Francisco, su cuerpo yace en un ataúd abierto, prescindiendo del catafalco tradicional, vestido con la casulla roja, el palio blanco y sosteniendo un rosario entre sus manos, simbolizando la humildad y la proximidad que siempre buscó mantener con los fieles.
La capilla ardiente, abierta al público desde el miércoles hasta el viernes en horario de 9.00 a 19.00 horas, ha visto ya desfilar a miles de personas. La plaza de San Pedro, donde se han reforzado las medidas de seguridad, permanece abierta para aquellos que deseen dar su último adiós, en lo que se prevé sea un encuentro masivo comparable al vivido durante el funeral de Juan Pablo II. Sin embargo, se anticipa un enfoque más contenido, a petición del propio Francisco.
El funeral, previsto para el sábado 26 a las 10.00 horas,rojará luz sobre una Roma queuelta en duelo pero también en celebraciónión de la vida y legado del papa. Será presidido por el deán del Colegio Cardenalicio, Giovannianni Battista Re, enmonizado con lo que dicta la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregreis. No obstante, en su deseo por un adiós modesto, Francisco será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en una tumba simple, «en la tierra, sin decoración», tal como había solicitado.
Para aquellos que no pueden desplazarse hasta la Ciudad Eterna, el evento serág transmitido en directo por varios medios de comunicación, incluida la Televisión Española y el canal oficial del vaticano en Youtube, asegurando una cobertura global que espera reunir a millones de espectadores. Este momento histórico ofrece una oportunidad para reflexionar sobre el impacto que Francisco tuvo en la Iglesia Católica, promoviendo el cambio y abogando por una mayor inclusión y humildad, principios que resonarán más allá de su papado.