El servicio de videoasistencia y acompañamiento ‘VidAsor’ ha realizado más de 779 atenciones en Castilla-La Mancha durante 2018, continuando así con su implantación por segundo año consecutivo.
Se trata de un servicio dirigido a personas sordas mayores o a personas sordas con una gran incapacidad, que les permite disponer de un acompañamiento en su vida diaria para recordar citas médicas, ayudarles en la gestión de documentos, o simplemente mantener una conversación.
Estos dispositivos de videoasistencia se instalan en el televisor del usuario, y permiten, entre otras funciones, realizar y recibir video-llamadas de una manera muy sencilla, con tan sólo pulsar un botón. Para su funcionamiento se utiliza un mando a distancia ergonómico, que cuenta con un avisador lumínico de llamadas y un pulsador de emergencia en forma de medalla, de modo que el usuario permanece asistido en todo momento.
Castilla-La Mancha cuenta actualmente con cinco dispositivos repartidos en Tobarra, Puertollano, Hellín, Albacete y Urda, colocados tanto en el ámbito residencial como en la propia vivienda de los usuarios, lo que ha mejorado sensiblemente su calidad de vida y su relación con el entorno.
La profesional que atiente este servicio en la región, es una mediadora con discapacidad auditiva y visual con experiencia en la comunicación con personas sordas y en el trabajo con personas mayores sordas, a la que ayudan cinco voluntarios que participan en el proyecto, y que están encargados de la puesta en marcha de actividades sociales que fomenten la interacción de estos usuarios con el entorno, así como de prestarles acompañamiento presencial cuando así lo requieran.
El Gobierno de Castilla-La Mancha financia este dispositivo a través de los fondos solidarios del 0,7% del IRPF, y está desarrollado por la Federación de Personas Sordas de Castilla-La Mancha (FESORMANCHA) con el apoyo de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE)
La Consejería de Bienestar Social y FESORMANCHA, que está formada actualmente por siete asociaciones y cuenta con más de 300 asociados, mantienen diferentes líneas de colaboración para defender los intereses y derechos de las 60.000 personas sordas de Castilla–La Mancha.