El Parque Arqueológico de Segóbriga, ubicado cerca de vías de comunicación importantes como la A-3 y próximos a importantes núcleos de población como Madrid, Cuenca y Valencia, es un «lugar emblemático» dentro del mundo de la arqueología y museología romana que cuenta con un entorno natural de «gran riqueza».
Según Miguel Ángel Valero, diputado de Desarrollo Provincial, Turismo, Artesanía y Patrimonio Histórico de la Diputación de Cuenca, esta pequeña ciudad amurallada, con ocho hectáreas y varios sistemas constructivos y torres, destaca por la confluencia de edificios públicos de gran importancia como el anfiteatro en perfecto estado de conservación, donde todavía se celebran juegos gladiatóricos, y el teatro, donde se ha gestado un ambicioso programa cultural con teatro clásico y actuaciones musicales.
El entorno natural que rodea al parque es otro de sus aspectos destacados, ya que está enclavado en la Mancha Alta, con paisajes de gran belleza. Además, el interior del parque cuenta con instalaciones museísticas únicas, como reconstrucciones virtuales, recreaciones en 3D y visitas guiadas que lo hacen diferente a otros yacimientos.
El yacimiento arqueológico es uno de los conjuntos más importantes de la Meseta, y la monumentalidad de sus restos excavados ha convertido a Segóbriga en un yacimiento singular para entender las características urbanas de este período. A partir de un castro de la Edad del Hierro surgió la ciudad romana de Segóbriga en el cerro de Cabeza de Griego, en Saelices.
Los primeros trabajos arqueológicos se llevaron a cabo en los años 50 del siglo XX, pero fue a partir de 1961 cuando el arqueólogo Martín Almagro Basch comenzó a ocuparse del yacimiento, poniendo las bases para su estudio y valoración cultural. En aquella época, se inició la excavación y restauración de los principales monumentos de la ciudad romana, el teatro y el anfiteatro, y siguieron otras campañas de excavaciones que aumentaron la superficie excavada. Esta labor de investigación arqueológica continúa en el yacimiento con campañas de excavaciones en verano.
En 1975 se inauguró el Museo de Segóbriga y, en el año 2000, se iniciaron los trabajos de construcción del Centro de Interpretación del Parque, que vendría a sustituir a la pequeña instalación museográfica. Hoy en día, la pequeña instalación funciona como Museo de Epígrafes, vivienda y almacén para el depósito de materiales arqueológicos.
Toda esta riqueza arqueológica y natural de Segóbriga, sumado a los castillos medievales como el de Belmonte y el monasterio de Uclés, junto con su variada oferta gastronómica y hotelera, convierte a este lugar en una visita obligada para aquellos que deseen acercarse a un mundo diferente y lleno de historia.