Anoche, La Sexta Xplica se convirtió en el escenario de un intenso debate sobre los fallos en el programa de cribado de cáncer en Andalucía y las persistentes dificultades que enfrenta la sanidad pública. Con un panel que incluía médicos, afectados y representantes de diversas organizaciones, se abordó un tema que inquieta a muchos: el estado de la salud pública en la comunidad.
La presidenta del Defensor del Paciente, Carmen Flores, planteó una cuestión directa al presentador, José Yélamo, sobre si su posición le otorgaba libertad de expresión. En un momento que marcó un tono más ligero en el debate, Yélamo afirmaba que todos tienen derecho a expresar sus opiniones, dejando claro que no interferiría en esto. Sin embargo, cuando Flores comenzó a responsabilizar a los políticos de los problemas en el sistema sanitario, las risas se desvanecieron rápidamente.
Con un tono firme, Flores critiquió a la clase política, descalificándola con contundencia. «Tenemos a descerebrados políticos», expresó, acusándolos de actuar solo en función de sus intereses personales. La presidenta dejó claro que las consecuencias de una sanidad pública mal gestionada se traducen en vidas perdidas y negligencias. Numerosos problemas, desde la escasez de médicos hasta la falta de personal de limpieza, contribuyen al deterioro del sistema. «Se están quedando de forma irreversible sin atención», advirtió, generando una atmósfera de preocupación en el estudio.
El tema del cáncer también se convirtió en el eje del debate. Carmen Flores enfatizó la urgencia de un mejor cribado y subrayó que la situación actual no sólo afecta a las mujeres, sino que los hombres están igualmente desprotegidos. La crítica arremetió con fuerza contra el gobierno regional, señalando que «cuanto peor funcione la sanidad pública, más muertes, más negligencias y más situaciones irreversibles habrá». Su discurso encendió un aplauso entre los presentes, pero también levantó cejas cuando ella no escatimó en palabras al referirse al presidente de la Junta de Andalucía.
«El señor Juanma Moreno Bonilla no es que sea una persona que lo ha hecho mal, es que es un delincuente. ¡Es que estamos hablando de muertes!», declaró. La sala resonó con aplausos por un momento, pero el presentador pronto intervino. Yélamo, manteniendo la compostura periodística, cortó de raíz estas aseveraciones. «Eso no tiene cabida. Te he dicho que tienes libertad de expresión, pero eso no es una expresión correcta y está totalmente lejos de la realidad», puntualizó, dejando entrever la responsabilidad que acompaña al discurso público.
Aunque Flores intentó matizar sus palabras, Yélamo fue tajante: «Vamos a parar porque esto está fuera de lugar. No tiene cabida y no es así.» Su intervención subrayó un intento de restablecer un diálogo basado en la evidencia, a pesar de la frustración palpable por la situación actual de la sanidad pública.
El debate, cargado de emociones y realidades difíciles, puso de manifiesto el clamor por un sistema que, según muchos, está en riesgo. Los ecos de esta conversación resuenan en la sociedad, donde los pacientes piden a gritos una atención digna y accesible, y donde las decisiones políticas son cada vez más relevantes. Con un público expectante, la pregunta queda en el aire: ¿se escuchará esta voz colectiva en los pasillos de la administración?








