Una subvención de 10.000 euros ha sido concedida por la Universidad de Castilla-La Mancha a los familiares de las víctimas de la Guerra Civil enterradas en la fosa de Pajaroncillo. El dinero será destinado a la construcción de un monolito en el cementerio local en memoria de los 48 fallecidos, cuya identificación ha sido confirmada. Esta iniciativa representa un hito significativo para la asociación de familiares de las víctimas, quienes consideran el monumento una forma de rendir homenaje a sus seres queridos que yacen en dicha tumba. Aunque la exhumación de los restos es el objetivo final, el proceso todavía está pendiente de realización.
Los difuntos, identificados provienen del hospital militar de El Cañizar y están enterrados en la fosa 2.652, cuya ubicación fue geolocalizada en 2021 gracias a los esfuerzos de exhumación liderados por La Gavilla Verde, una organización que se dedica a la recuperación de la memoria histórica en la provincia de Cuenca. El hospital, establecido en una finca rústica del mismo nombre en Pajaroncillo, fue atendido por el médico anarquista Pedro Vallina hasta finales de 1939, y su historia se recoge en las memorias del médico.
En la fosa de El Cañizar descansan no solo los habitantes de localidades cercanas como Arrancacepas, Tejadillos, Valhermoso de la Fuente y Olmedilla de Alarcón, sino también soldados de Albacete, Toledo y diversas regiones de España, incluyendo a un niño de 10 años. La comunidad afectada por esta fosa busca que el acto de homenaje y recuerdo se lleve a cabo el 25 de mayo, sujeto a la finalización de los preparativos necesarios. Este acto busca no solo recordar a los caídos sino también propiciar la concesión de una sepultura digna a los milicianos y civiles que perdieron sus vidas durante aquel conflicto.
