La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha lanzado recomendaciones sobre cómo protegerse frente a las garrapatas, enfatizando la necesidad de adoptar medidas preventivas y utilizar repelente correctamente para evitar consecuencias desfavorables.
Desde Sanidad se ha advertido que la principal forma de prevenir las enfermedades que estos artrópodos pueden transmitir es evitando su picadura. Entre los consejos proporcionados se encuentran utilizar ropa adecuada, optar por colores claros, y caminar por el centro de los caminos para minimizar el contacto con la vegetación, que puede estar infestada de garrapatas.
La revisión del cuerpo después de estar en áreas propensas a la presencia de garrapatas es esencial, prestando especial atención a zonas del cuerpo como axilas, ingles, cabello, ombligo, parte trasera de las orejas y alrededor de la cintura. En caso de encontrar garrapatas adheridas, su extracción inmediata por parte de un profesional es recomendada y, si surgen síntomas tras la picadura, es fundamental buscar atención médica e informar del incidente.
La ropa usada en estos entornos debe lavarse con agua caliente para eliminar posibles garrapatas. Para la prevención, los repelentes autorizados son una herramienta efectiva que debe usarse siguiendo las instrucciones del fabricante. Estos productos, clasificados como biocidas del tipo producto 19, actúan repeliendo, pero no matando, a las garrapatas y contienen sustancias como DEET, IR3535, icaridina o citriodiol.
Es importante aplicar el fotoprotector antes del repelente en caso de necesitar ambos, comenzando por el primero y dejando que seque completamente. Además, se recomienda que un adulto aplique el repelente en los niños para garantizar su correcta utilización.
Las garrapatas son parásitos que viven en el suelo y se alimentan de sangre, incluyendo la de seres humanos. Existen diversas especies en España, cada una con preferencias de hábitat particulares. Estos artrópodos pueden estar infectados con patógenos y transmitir enfermedades como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, fiebre exantemática mediterránea o la enfermedad de Lyme, lo que hace vital seguir las pautas de prevención establecidas por las autoridades sanitarias.
