Adara Molinero ha vuelto a encender las luces de alarma en Supervivientes All Stars 2. En un episodio que recordar, la joven no solo hizo sentir su descontento, sino que exigió urgentemente su regreso a casa, justo 48 horas después de la expulsión de Elena Rodríguez. Con un grito que resonó en el aire le decía a los redactores: «¡Me quiero ir a mi casa! ¡No quiero oler más a pescado! ¡No quiero dormir más en el suelo!», manifestando claramente su frustración ante las duras condiciones de la competencia.
Este momento incierto es habitual en la trayectoria de Adara, que tiene un extenso historial de amagos de abandono en realities, lo que añade un matiz dramático a su participación. La presentadora Sandra Barneda, reconociendo la gravedad de la situación, se vio en la necesidad de interpelar a Adara, instándola a reflexionar sobre su valía en el programa y recordar lo que significa formar parte de All Stars: «Estáis aquí porque habéis sido elegidos entre muchos», recordó Barneda, subrayando la oportunidad única que se le estaba brindando.
El tono de reproche de Barneda tenía un propósito claro: motivar y desafiar a la concursante a que reflexionara sobre su decisión. La presentadora no solo le pidió que pensara bien su opción de abandonar el concurso, sino que la animó a recordar su propia historia, señalando que había expresado arrepentimiento por haber dejado el programa el año anterior.
Tras una larga pausa de indecisión, Adara finalmente tomó una decisión que la dejó en un lugar de fortaleza. «Lo que me decía antes de venir aquí era: ‘Si me caigo, me levanto’. Entonces, esta vez, me he caído y me he vuelto a levantar. Quiero seguir», declaró, reafirmando su determinación de continuar en la competencia.
En un entorno donde la resistencia emocional es tan crucial como la física, estas palabras resonaron como un claro testimonio de su evolución personal. La audiencia, que sigue de cerca cada giro y revés en Supervivientes, puede estar segura de que, con Adara, la incertidumbre siempre será parte del espectáculo.
