En un encuentro marcado por la diplomacia y la construcción de puentes hacia futuras colaboraciones, el recién nombrado primer ministro británico, Keir Starmer, junto al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, han abordado un tema de larga data y gran sensibilidad política: el futuro de Gibraltar post-Brexit. Durante la IV Cumbre de la Comunidad Política Europea llevada a cabo en el Palacio de Bleinheim, situado en Oxfordshire, se evidenció un enfoque cauteloso y medido por parte de ambos mandatarios al evitar mencionar tanto el reciente triunfo español en la Eurocopa como los controvertidos cánticos posteriores al partido, que proclamaban “Gibraltar es español”.
Aunque el asunto de Gibraltar no fue el tema central durante el encuentro, sí se trató posteriormente, revelando una notable sintonía entre ambos líderes. De acuerdo con fuentes cercanas, Sánchez y Starmer mostraron optimismo y confianza mutuos en que, bajo sus respective liderazgos progresistas, la relación bilateral entre España y el Reino Unido no solo se mantendría sólida sino que, además, se reforzaría, enfocándose en la resolución del estatus de Gibraltar como uno de los últimos vestigios pendientes tras el Brexit.
La disputa sobre Gibraltar, un territorio británico ultramarino ubicado en el extremo sur de la península ibérica, ha sido un punto de fricción histórica entre el Reino Unido y España. Sin embargo, el acercamiento de políticas evidenciado en la reunión sugiere una eventual solución diplomática que podría satisfacer a ambas partes, cerrando un capítulo prolongado de incertidumbre tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Según detallan fuentes de Downing Street, Starmer habría manifestado su determinación por reestablecer la influencia global del Reino Unido y anticipó que este nuevo paradigma facilitaría la consecución de un acuerdo respecto a Gibraltar que satisfaga a todas las partes involucradas. Este espíritu de colaboración ya se había manifestado la semana pasada en una reunión entre José Manuel Albares, ministro de Exteriores Español, y su homólogo británico, David Lammy, quienes acordaron «avanzar con rapidez» hacia un entendimiento.
Dicho encuentro se produce en el contexto de un principio de acuerdo alcanzado en la Nochevieja de 2020, justo antes de culminar el periodo de transición del Brexit. Ese acuerdo estableció las bases para un tratado entre la Comisión Europea y el Reino Unido sobre Gibraltar, aunque constituyó una solución temporal susceptible de ser rescindida.
La reunión bilateral, que duró aproximadamente 30 minutos, también sirvió para comprometerse a establecer un «diálogo estructural» entre España y el Reino Unido, elevando el nivel de conversaciones en temas críticos como la movilidad de personas y el enfrentamiento a desafíos comunes como la desinformación, la crisis climática y la migración. Este compromiso subraya el deseo de ambos líderes por mantener una relación estrecha y cooperativa, vislumbrando un futuro donde se aborden colaborativamente problemas transnacionales con implicaciones para Europa y más allá.