El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido con firmeza el preacuerdo alcanzado entre el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para la implementación de un concierto económico solidario en Cataluña. Respalda lo que él describe como un acuerdo «magnífico» y sostiene que éste ha sido unánimemente avalado por la ejecutiva del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Además, ha destacado que existe un encomiable deseo generalizado entre los socialistas, o al menos una significativa mayoría de ellos, para ver a Salvador Illa, líder del PSOE, al frente de la Generalitat de Cataluña.
El jefe del Ejecutivo realizó estas declaraciones en el contexto de una comparecencia en la que hizo un balance del curso político de su gobierno. En ella, Sánchez subrayó la importancia de respetar y reconocer los esfuerzos de un partido político independentista como ERC, reconociendo el progreso logrado a través de la negociación y el acuerdo para reforzar el autogobierno en Cataluña.
La reacción del presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, quien ha expresado su convicción de que el PSOE «no va a acabar avalando» la propuesta de ERC, ha sido restada importancia por Sánchez. El presidente ha minimizado dicha postura, llegando a ironizar acerca de García-Page diciendo que sería noticia si el mandatario castellanomanchego se presentara en rueda de prensa mostrando su apoyo al Gobierno central.
Sánchez ha cerrado reafirmando el valor del principio de acuerdo, que aún está pendiente de ser refrendado por la militancia de ERC, como algo beneficioso para Cataluña y para España en su conjunto. También ha reivindicado que, bajo su gobierno, los recursos a las comunidades autónomas han sido elevados, lo que sugiere un compromiso continuado con el fortalecimiento del sistema autonómico del país.
