Si, siempre puede resultar posible destacar los aspectos positivos de un lugar o bien de una parte de las gentes que quieren de verdad el cambio, anhelado, esperado, rezado una y mil veces.
Ese cambio que alberga escondido en el interior de millones de personas hoy en el mundo y que sólo necesita una oportunidad o un punto en donde tenga la oportunidad de poder hablar.
Si, es necesario que haya paz y que las corruptelas relacionadas con el narcotráfico desaparezcan, que la salud y la educación de las nuevas generaciones se pongan como valor fundamental en las nuevas sociedades que emergen o así parece intentarse.
Curioso que los medios no dijeran nada a la enorme comitiva de gente que acompaño al nuevo recién investido presidente de Colombia y sin embargo se ocuparan de peraltar detalles sin transcendencia. Así como otros hechos sorpresivos como la delegación estadounidense estuvo formada por «la ayuda al desarrollo» y no por un secretario de estado. Otro detalle es que la prensa prepotente le recordó unas vez pasadas 24 horas que aún no había cumplido sus promesas electorales.
Es un cambio de verdad en medio de una zona , como otras en las que domina una oligarquía, el caos , la violencia, la guerra sucia y es fábrica de droga para Estados Unidos.
Un gobierno de paz y de vida y así se espera dada la tarea titánica de sortear y cambiar un país hasta ahora insano.