En un acto que promete generar controversia en el ámbito de la salud y la legislación, el presidente de los Estados Unidos ha emitido una orden ejecutiva que busca prohibir lo que denomina «mutilación química y quirúrgica» de niños. La medida, que se enmarca en un contexto más amplio de debate sobre la atención médica para menores con disforia de género, tiene como objetivo proteger a los jóvenes de intervenciones que, según el mandatario, pueden resultar irreversibles y perjudiciales para su desarrollo.
La orden ejecutiva establece que la política de los Estados Unidos será no financiar ni apoyar la transición de niños de un sexo a otro, y se compromete a hacer cumplir todas las leyes pertinentes que prohíban estas prácticas. Se menciona específicamente que muchos jóvenes lamentan las decisiones tomadas a una edad temprana, enfrentándose no solo a complicaciones de salud a largo plazo, sino también a la imposibilidad de tener hijos en el futuro.
El documento define «mutilación química y quirúrgica» como la aplicación de bloqueadores hormonales, hormonas sexuales y procedimientos quirúrgicos que buscan alterar la apariencia física de los menores en un intento de alinear su cuerpo con su identidad de género. La orden identifica estas intervenciones como a menudo promovidas bajo la etiqueta de «atención afirmativa de género», pero sugiere que carecen del respaldo científico necesario.
Además, la administración se propone eliminar la dependencia de guías consideradas «basura científica», como las proporcionadas por la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero. Se establece la necesidad de una revisión exhaustiva de las mejores prácticas para atender a los menores que experimentan disforia de género.
El impacto de esta medida se extenderá a diversas agencias gubernamentales, que deberán revisar y modificar las políticas de financiamiento y cobertura que actualmente apoyan tales procedimientos. El enfoque incluye a programas de salud pública como Medicare y Medicaid, y se mandata que los seguros de salud financiados por el gobierno excluyan la cobertura de intervenciones de cambio de sexo para menores.
Con este decreto, el presidente también instruye al Departamento de Justicia a coordinar esfuerzos a nivel estatal para reforzar las leyes que prohíben la mutilación genital femenina, planteando una equidad en el enfoque hacia todas las formas de mutilación a menores.
Se anticipa que la orden tensionará aún más el dilema sobre los derechos de los menores en el contexto de la identidad de género y la atención médica. Se abre así un nuevo capítulo en una discusión que ha polarizado opiniones en la sociedad estadounidense, donde la protección infantil y la autonomía individual se enfrentan en un debate que está lejos de resolverse.
Fuente: WhiteHouse.gov