Rusia toma las riendas del Consejo de Seguridad de la ONU en medio de controversia mundial

Este sábado, Rusia ha asumido la presidencia de turno mensual del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La noticia ha sido recibida con críticas por parte de Ucrania y sus aliados occidentales, quienes recuerdan a Moscú su actitud reiteradamente desafiante con respecto al derecho internacional.

Desde la anexión de Crimea en 2014, la relación entre Moscú y Kiev ha estado marcada por la tensión. Ucrania acusa a Rusia de apoyar a los separatistas prorrusos en el este del país, mientras que Moscú niega cualquier implicación en el conflicto y ha dicho que su intención es proteger a los ciudadanos rusos que residen en el país vecino.

A pesar de las sanciones impuestas por la comunidad internacional, Rusia no ha dado ningún signo de retirada. Por el contrario, ha seguido llevando a cabo acciones que han sido consideradas como una provocación, como la detención de barcos ucranianos en el estrecho de Kerch en 2018 o el despliegue de tropas en la frontera ucraniana este año.

La asunción de la presidencia de turno del Consejo de Seguridad por parte de Rusia ha sido vista por muchos como una oportunidad para que el país sea condenado por sus acciones. El Consejo de Seguridad es el órgano de las Naciones Unidas encargado de mantener la paz y la seguridad internacionales, y sus resoluciones son vinculantes para todos los estados miembros.

Sin embargo, la realidad es que el Consejo de Seguridad se ha mostrado impotente para hacer frente a la situación en Ucrania. Rusia, como miembro permanente del Consejo de Seguridad, tiene derecho de veto sobre cualquier resolución, lo que significa que puede impedir cualquier acción que no sea de su agrado.

Esta situación ha llevado a muchos a cuestionar la eficacia del Consejo de Seguridad y su capacidad para hacer frente a los desafíos globales. La presidencia de Rusia solo ha intensificado estos cuestionamientos, especialmente dado su historial de burlarse del derecho internacional.

Aunque el tema de Ucrania es uno de los que se espera que sea discutido en el Consejo de Seguridad este mes, es poco probable que se logre algún avance significativo. Rusia seguirá sosteniendo que su papel en el conflicto es benigno y que está actuando en defensa de sus intereses legítimos, mientras que Ucrania y sus aliados seguirán exigiendo que se haga justicia.

En última instancia, lo que se necesita para resolver el conflicto en Ucrania no es una presidencia de turno del Consejo de Seguridad, sino un compromiso político y diplomático real por parte de todas las partes involucradas. Esto no será fácil, pero es la única manera de encontrar una solución sostenible a largo plazo.

El Consejo de Seguridad de la ONU debe desempeñar un papel importante en este proceso, pero solo si es capaz de demostrar tanto su independencia como su capacidad para hacer frente a los desafíos globales. La elección de Rusia como presidente en turno puede verse como un desafío a estas ideas, pero también puede ser una oportunidad para que el Consejo de Seguridad demuestre que realmente puede hacer lo que se espera de él.

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