En un reciente comunicado, las autoridades rusas han anunciado la interceptación y destrucción de más de 110 drones ucranianos que tenían como objetivo varias regiones de Rusia. Este acto, descrito por el régimen de Moscú como un intento de ataques terroristas por parte de Ucrania, resalta la continua escalada de hostilidades entre ambas naciones desde la invasión ordenada por Vladimir Putin en febrero de 2022.
El Ministerio de Defensa de Rusia, a través de su plataforma en Telegram, reveló esta información señalando que los sistemas de defensa aérea desempeñaron un papel crucial en la neutralización de esta amenaza. Precisaron que un total de 113 drones fueron derribados, distribuidos principalmente en las regiones de Bélgorod, Voronezh, Kursk y Briansk, con 73, 25, catorce y uno respectivamente. Especialmente en Bélgorod, cercano a la frontera ucraniana, donde se registra el mayor número de estos incidentes.
Mientras tanto, en la ciudad de Járkov, al noreste de Ucrania, un ataque con proyectiles por parte de Rusia impactó un edificio residencial de cinco plantas, dejando a once personas heridas. Olena Shapoval, portavoz del gobierno regional, informó que de los heridos, cinco fueron hospitalizados en condiciones leves o moderadas. Entre las víctimas se incluye una niña de tres años, quien después de recibir atención médica fue dada de alta para continuar su recuperación en casa.
Este intercambio de agresiones es un recordatorio más de las tensiones que perduran en la región, agravando la situación humanitaria y ampliando el abismo entre estos dos países vecinos. La comunidad internacional sigue observando con preocupación los desarrollos en este conflicto, esperando soluciones que puedan llevar a una paz duradera. Sin embargo, con cada incidente, el camino hacia la reconciliación parece más distante.