En una escalada significativa de tensiones, fuerzas rusas efectuaron un ataque directo sobre la ciudad ucraniana de Dnipró, empleando para ello un mixto de avanzada artillería que incluyó un misil balístico intercontinental, otro misil aerobalístico tipo Kh-47M2 Kinzhal y siete misiles de crucero Kh-101. Este asalto, desplegado entre las 5.00 y las 7.00 de la madrugada del jueves, tuvo como objetivo fábricas e infraestructura crítica de este núcleo urbano clave en el centro de Ucrania.
La capacidad defensiva ucraniana logró interceptar seis de los siete misiles de crucero, aunque no pudo detener el misil balístico intercontinental ni el misil Kinzhal, resaltados por su alta sofisticación dentro del arsenal militar ruso. A pesar de la gravedad del ataque, la Fuerza Aérea de Ucrania informó que los misiles que alcanzaron su objetivo no provocaron daños “sustanciales”.
La ciudad de Dnipró, además de soportar este reciente embate, fue foco de noticias previamente cuando las autoridades locales del óblast de Dnipropetrovsk reportaron ataques masivos que resultaron en daños a una infraestructura industrial importante.
Este incidente ocurre en un momento de creciente preocupación internacional, evidenciado por la reciente decisión de Estados Unidos, España, Italia y Grecia de cerrar sus embajadas en Kiev ante el inminente peligro de un ataque masivo ruso. Esta serie de acciones sugiere una intensificación del conflicto en la región, que ya ha visto episodios previos de violencia y confrontación.
La comunidad internacional permanece atenta a la evolución de esta situación, que pone de manifiesto la fragilidad de la paz en la región y la urgente necesidad de encontrar caminos hacia una resolución pacífica del conflicto. Mientras tanto, Ucrania continúa defendiéndose ante los avances militares rusos, mostrando una resiliencia que se ha convertido en símbolo de su lucha por la soberanía y la integridad territorial.