El clima electoral en Moldavia se tensa a medida que el país se prepara para unas elecciones parlamentarias cruciales. El Partido de Acción y Solidaridad, liderado por Maia Sandu, busca mantener su mayoría y avanzar en su agenda proeuropea, mientras Rusia intensifica sus esfuerzos para desestabilizar el proceso. En días recientes, se han llevado a cabo redadas que resultaron en más de cien detenciones relacionadas con actividades de interferencia y violencia, evidenciando la magnitud de la amenaza que enfrenta Moldavia.
El Kremlin ha sido acusado de entrenar a individuos en Serbia para realizar acciones violentas y sembrar el caos en la jornada electoral. Las autoridades moldavas han denunciado una campaña coordinada de desinformación y manipulación que incluye desde la creación de falsas narrativas hasta la organización de manifestaciones. Este esfuerzo abarca también a la Iglesia Ortodoxa, utilizada por Moscú para ampliar su influencia y desacreditar al gobierno actual, mientras las fake news proliferan en redes sociales en una batalla por la opinión pública.
Ante esta compleja situación, la presidenta Sandu advirtió que la soberanía del país está en peligro debido a las intervenciones rusas. Con la posibilidad de que Moldavia se acerque a la Unión Europea en los próximos años, el resultado de las elecciones podría ser determinante no solo para el futuro del país, sino también para la estabilidad de la región en medio de un contexto geopolítico cada vez más volátil.
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