Las noches en Ucrania se han vuelto testigos de una guerra que no cede en intensidad. Este último ataque ruso, uno de los más devastadores desde el comienzo de la invasión en 2022, ha dejado una huella de terror y destrucción. La Fuerza Aérea ucraniana ha informado que casi 480 drones cargados de explosivos y más de 50 misiles fueron disparados en un solo asalto.
Las regiones afectadas son un recordatorio escalofriante de la extensa devastación que la guerra ha traído. Cherkasi ha sido la más dañada, donde varios edificios residenciales han sufrido graves daños y seis personas han resultado heridas, algunas con pronóstico reservado. Leópolis, Poltava, Zaporiyia, Járkov y Mikolaiv también han sentido el impacto de este ataque brutal.
Este día trágico se tiñó de luto con la confirmación de la muerte del coronel Maksim Ustimenko, un valiente piloto de 32 años que perdió la vida durante las operaciones de defensa contra los asaltos aéreos. Su sacrificio resuena en las comunidades que, día a día, luchan por mantener la esperanza en medio del caos.
En un reporte del ejército, se detalló que de los 477 drones y misiles lanzados, un total de 475 fueron neutralizados, con 249 derribados a través de un fuego directo. La valentía del personal militar continúa siendo fundamental en esta batalla aérea, aunque el costo humano siempre es alto.
La resistencia ucraniana, simbolizada por sus pilotos y operadores de drones, sigue en pie ante la adversidad. Cada ataque trae consigo no solo daños materiales, sino también un recordatorio constante del costo de la guerra en la vida de hombres y mujeres que defienden su hogar.
