En un evento significativo celebrado recientemente en el Palacio de Orive de Córdoba, Javier Colomina, el representante especial del secretario general de la OTAN para los Países Vecinos del Sur, lanzó un potente llamamiento a los Estados miembros de la Alianza Atlántica, enfatizando la crítica necesidad de no solo aumentar los presupuestos de defensa, sino también de acelerar y ampliar la capacidad de producción industrial militar. Durante su participación en el II Foro Desafíos de la Defensa: Cara a Cara con la Industria, organizado por Diario de Actualidad, Colomina subrayó la urgencia de resolver los desafíos industriales para mantener la credibilidad disuasoria de la OTAN frente a adversarios como Rusia.
Colomina hizo hincapié en un punto sorprendentemente revelador: a pesar de que la economía rusa es solo una fracción de las economías europea y estadounidense, tiene la capacidad de producir más munición en tres meses de lo que Europa y Estados Unidos pueden producir en un año. Esta observación destaca la desproporción entre la inversión en defensa y la capacidad de producción efectiva, señalando un área crítica de vulnerabilidad para la Alianza.
El entorno de seguridad actual, marcado por la guerra en Ucrania, el rearme de China, y el apoyo de Corea del Norte e Irán a Moscú, conjuntamente con los ataques híbridos en el Mar Báltico y la creciente inestabilidad en África, requiere, según Colomina, un replanteamiento del modelo de seguridad occidental. Este contexto hostil obliga a los miembros de la OTAN a fortalecer su posición mediante un soporte ampliado y decidido a Ucrania, así como a través del robustecimiento de la industria de defensa.
En una nota optimista, Colomina compartió información sobre un reciente avance hacia la paz: el acuerdo preliminar sobre un cese al fuego parcial que protege las infraestructuras críticas energéticas y la región del Mar Negro. Aun reconociendo el largo y complejo camino hacia la paz, destacó la importancia de mantener a Ucrania en una posición de fuerza.
Abordando el tema de la producción de defensa, Colomina argumentó que es indispensable adaptarse a ciclos de producción más cortos para satisfacer una demanda creciente. Subrayó que la fortaleza de la industria de defensa no solo potenciará la seguridad de la Alianza sino que también generará empleo en Europa y Norteamérica.
El aumento del gasto en defensa, que alcanzó los 485.000 millones de dólares entre Europa y Canadá en el año anterior, ya es visto como un punto de partida y no como un límite. La industria de defensa española, en particular, podría beneficiarse de este incremento, ya que una parte significativa de la inversión podría destinarse a la industria nacional, impulsando la economía del país.
Finalmente, Colomina destacó la importancia de mirar hacia el sur, reconociendo el potencial de cooperación en esa región. La OTAN planea abrir una oficina de enlace en Ammán, lo que constituye un paso significativo hacia una mayor presencia política en el Mediterráneo. Además, abordó la importancia del vínculo transatlántico, insistiendo en la necesidad de un equilibrio más justo en el reparto de cargas de defensa, y en la importancia de que Europa asuma un papel más activo en su autonomía estratégica y capacidad de respuesta.
Este foro ha sido un recordatorio de que, en tiempos de incertidumbre global y amenazas en evolución, la OTAN busca adaptarse y fortalecerse, apoyándose en la innovación industrial y la cooperación internacional para garantizar la seguridad colectiva.
