El debate parlamentario sobre el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para 2025 comenzó con un tono de agradecimiento por parte del Gobierno regional hacia el Partido Popular (PP) por su consenso respecto a las enmiendas relacionadas con la DANA. Sin embargo, también se realizaron críticas hacia el PP, comparando su comportamiento con el del «ejército de Pancho Villa» debido a la naturaleza de las 976 enmiendas presentadas, las cuales fueron calificadas como «ocurrencias». El titular de Hacienda, Ruiz Molina, destacó que este presupuesto busca favorecer el desarrollo económico y el Estado del Bienestar sin aumentar los impuestos, cumpliendo con los compromisos asumidos con la ciudadanía.
Ruiz Molina aludió a que Castilla-La Mancha se posiciona como un «oasis» en el panorama nacional y apreció el «tono sosegado» del debate, un mensaje positivo frente a la polarización política que afecta al país. Además, se resaltó la colaboración entre PP y PSOE para redactar enmiendas destinadas a abordar los daños provocados por las inundaciones, en consonancia con la propuesta de la Administración regional y los recursos estatales y europeos.
Respecto a Vox, la crítica fue directa, señalando que su escasa participación y la presentación de solo una enmienda demostraban un «poco esfuerzo». La alusión a que los representantes de Vox «cobran de las Cortes» enfatizó la falta de propuestas sustanciales en comparación con sus capacidades.
Por su parte, el presidente del Grupo Socialista, Fernando Mora, defendió las cuentas insistiendo en que estas priorizan educación, sanidad, servicios sociales, igualdad de género y adaptación al cambio climático. Mora subrayó que Castilla-La Mancha es una de las pocas comunidades que tendrá sus presupuestos aprobados y publicados antes de iniciar el nuevo año, destacando que la economía regional está creciendo por encima de la media nacional y europea, con un incremento interanual del PIB del 3,3%.
Finalmente, Mora afirmó que estos presupuestos reflejan un modelo de gestión que promueve la estabilidad, la confianza empresarial y el bienestar social, insistiendo en que Castilla-La Mancha mira al futuro con «esperanza, ilusión y determinación».