La atmósfera de ilusión y entusiasmo se respira con fuerza en Tiflis, donde España se prepara para brillar en Eurovisión Junior 2025. Tras el primer ensayo de Gonzalo Pinillos, el representante español, la emoción es palpable. «España va a por todas», ha declarado la directora de comunicación de RTVE, María Eizaguirre, mientras el joven artista se mostraba satisfecho y emocionado con el trabajo realizado hasta ahora.
A medida que se acerca la gran final del próximo sábado 13 de diciembre, el equipo se siente confiado. La propuesta musical de Gonzalo, titulada “Érase una vez (Once upon a time)”, ha sido calificada de «fantasía» por todos los responsables del evento, quienes destacan la magia y creatividad que envuelven la actuación. El propio Gonzalo no ha podido contener su emoción tras el ensayo, describiendo sus sentimientos de felicidad y tristeza a la vez, consciente de que lo que ha comenzado tan intensamente tiene un fin inminente.
La puesta en escena, que se despliega en tres actos, acompaña la evolución musical de la canción. Comienza de manera íntima, con Gonzalo al piano, y poco a poco va revelando un despliegue lleno de ritmo y energía, en el que los colores vibrantes y la iluminación cautivan al espectador. Elementos visuales, como una biblioteca circular gigante, simbolizan un viaje literario que resonará con el público. La escenografía, repleta de guiños a personajes de la literatura, crea un ambiente donde se conjugan la música y los sueños.
El vestuario del artista también juega un papel clave en esta narrativa. Su cazadora de cuero marrón, adornada con un globo aerostático que evoca al “El maravilloso Mago de Oz”, y su pantalón en tonos anaranjados, diseñados para reflejar mapas de aventura, son solo algunas de las piezas que cuentan una historia. Fragmentos de obras literarias clásicas, como el “Quijote” y “El Hobbit”, están entretejidos en su vestimenta, aportando una riqueza cultural y un sentido de conexión a su actuación.
Los bailarines, Álex y Daniela, comparten esta línea estética, con vestuarios que remiten a la aventura. Sus prendas igualmente están adornadas con detalles literarios que hacen eco del tema de la propuesta. Todo el conjunto se convierte en una experiencia visual cautivadora.
Gonzalo no oculta su satisfacción con la escenografía, que ha sido clave para la actuación: «La verdad es que estoy muy feliz con el resultado», ha comentado. Su entusiasmo es contagioso, y todos los miembros de la delegación sienten que han «venido con los deberes hechos», listos para compartir su trabajo con el público europeo.
El viento sopla a favor, y la magia de la música y la literatura se unen en Tiflis, donde España espera conquistar no solo el escenario, sino también los corazones de los telespectadores. La cuenta atrás ha comenzado, y con ella, la promesa de una experiencia inolvidable que hará vibrar a todos.
