María Rozalén ha ofrecido un emotivo concierto en el Auditorio de Cuenca, marcando su primer recital tras la reciente DANA que devastó su pueblo, Letur. La cantautora se presentó ante un público que superó el aforo del recinto, con más de 1.000 asistentes que, sin butaca, participaron en la fila cero promovida por la Universidad de Castilla-La Mancha. Todos los fondos recaudados irán destinados a ayudar a Letur y Mira, localidades seriamente afectadas por la gota fría de octubre.
Con el dolor de su comunidad todavía palpable, Rozalén subió al escenario acompañada de su intérprete de lengua de signos, Bea Romero, y los músicos Javi Collado en percusión y Samuel Vidal en guitarra. Desde la primera canción, la ovación del público estableció el tono emotivo de la velada. La artista, que ha estado ayudando en su pueblo tras la tragedia, compartió con los asistentes el alivio que ha supuesto el hallazgo de algunos desaparecidos. «Ahora hay que sacar fuerzas y hay que mirar al futuro con mucha luz», expresó visiblemente conmovida.
Con su estilo característico de celebrar la vida, Rozalén invitó a los conquenses a conocer Letur y Mira, a pesar de las cicatrices que deje la tragedia. Durante un bloque acústico, ofreció una mezcla de canciones tradicionales como ‘La Paloma’, ‘Llorona’ y el ‘Fandango de Liétor’, junto a temas de su repertorio personal, algunos de los cuales, como ‘Mar en el trigal’, resuenan con el presente y el dolor de su comunidad.
Un momento especial del concierto fue la interpretación de ‘Entonces’, una canción sobre su infancia en Letur, que ha ganado relevancia tras los recientes sucesos. «Si esa canción ya era especial, ahora tiene una dimensión infinita», comentó Rozalén, resaltando que la letra «Yo quiero volver al cuándo / No quiero volver al dónde» cobra un nuevo significado en el contexto actual.
El concierto continuó con la actuación de la Orquesta Sinfónica de la UCLM, que se unió a Rozalén para ofrecer arreglos orquestales de algunas de sus canciones. Las emociones volvieron a desbordarse con temas como ‘Yo no renuncio’ y ‘Todo sigue igual’, dedicado a su padre.
Tras una hora y media de espectáculo, Rozalén cerró con el ‘Fandanguillo manchego’, recibiendo una calurosa ovación de un público que agradeció su entrega y la de todos los que participaron en el evento. Este concierto se quedará grabado en la memoria de la comunidad, un acto de resiliencia y esperanza en tiempos difíciles.