El mundo del balonmano está en constante movimiento, y el Balonmano Pozuelo no se queda atrás en su afán por fortalecer su plantilla. En este sentido, ha realizado un movimiento significativo al incorporar a sus filas a Rodrigo Martín-Pozuelo, conocido como Rodri, quien ha demostrado su valía en el Caserío durante seis intensas temporadas. Su formación deportiva tiene raíces profundas en Prado Marianistas, una cuna de talento en el balonmano. A lo largo de la última temporada, Rodri ha aportado 8 goles en 28 encuentros dentro de la competitiva División de Honor Plata, dejando clara su capacidad y compromiso con el deporte.
El fichaje de Rodri no es un acontecimiento menor para el Balonmano Pozuelo. El club ha destacado las virtudes que lo convierten en un refuerzo de peso. Considerado un pivote de alta fiabilidad, su presencia se siente poderosamente en la línea de 6 metros, lugar donde despliega una mezcla de ferocidad y técnica que pocas veces pasa desapercibida. Su rol no se limita únicamente a la ofensiva, ya que en la faceta defensiva, Rodri sobresale por una versatilidad poco común, además de una intensidad, una inteligencia táctica y una capacidad de trabajo en disuasiones que el equipo valora enormemente. Sus características de juego prometen engrandecer la dinámica del equipo pozoleño en la cancha.
La llegada de Rodrigo Martín-Pozuelo al equipo representa la cuarta incorporación destacada de la temporada para el Balonmano Pozuelo, sumándose a las fichas de Brian Negrete, Enrique Chacón y Guillermo Alcázar, así como a la serie de renovaciones clave dentro del equipo: Jesús Fernández, Dani Fernández, José Luis Sanz, Jorge Pinto, Danilo Salgado, y bajo la tutela del entrenador Jesús Herrero. Este conjunto de movimientos estratégicos ilustra el firme propósito del club de ir un paso adelante en su desarrollo y aspiraciones competitivas, perfilándose como un equipo determinado a dejar su huella en la División de Honor Plata.
