En la reciente emisión de Pasapalabra, toda la atención estuvo distribuida, no solo en Moisés, quien luchaba por mantenerse en el programa tras tener un complicado inicio en El Rosco, sino también en Óscar, otro de los concursantes. Durante el crítico momento de Moisés al enfrentarse a la Silla Azul, Óscar se convirtió en centro de atención incluso para el presentador Roberto Leal, debido a su peculiar comportamiento. Leal comentó cómo Óscar, pese a no estar en ese momento en riesgo, demostraba nerviosismo jugando con su mirada hacia abajo.
Óscar, quien es conocido por su destreza y concentración en el juego, explicó que su comportamiento era producto de una manía inconsciente que le afectaba especialmente al ver a su compañero en la temida Silla Azul. Esta acción reveló cómo la tensión no solo influye en quien enfrenta directamente el desafío, sino también en sus compañeros.
El episodio sirvió para destacar el desafío emocional que representa la Silla Azul en Pasapalabra, poniendo a prueba no solo el conocimiento de los concursantes sino también su estabilidad emocional. La empatía mostrada por Óscar hacia Moisés destacó, evidenciando que la competencia trasciende el aspecto lúdico y toca fibras humanas profundas. Óscar confesó la dificultad de mantenerse enfocado y cómo temía su mirada pudiese influir negativamente en el rendimiento de su compañero.
Las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo hacia Óscar, donde los seguidores de Pasapalabra valoraron su vulnerabilidad y la manera de afrontar la presión, viendo en él no solo a un competidor sino a una persona real con desafíos reales.
Esta situación subrayó cómo Pasapalabra es un espectáculo que, además de desafiar las habilidades lingüísticas de los participantes, pone a prueba su capacidad para manejar la presión y destacan la importancia de la empatía y el apoyo mutuo en un entorno tan competitivo.