En un acontecimiento que ha resaltado las crecientes tensiones políticas dentro de Eslovaquia, el Primer Ministro Robert Fico ha sido gravemente herido en un intento de asesinato. El ataque ocurrió en Handlová, una ciudad eslovaca situada a unos 180 km de la capital, Bratislava, cuando Fico, de 59 años, se encontraba saludando a los habitantes locales. Según informes, Juraj Cintula, un hombre de 71 años con permiso legal de tenencia de armas, fue quien llevó a cabo el ataque, disparándole a Fico múltiples veces en el pecho, abdomen, brazos y piernas.
Inicialmente, la oficina del primer ministro anunció que la vida de Fico estaba en peligro. Sin embargo, el viceprimer ministro Tomas Taraba ha aportado recientemente una actualización más positiva sobre su estado, comunicando que, aunque las heridas son graves, la vida de Fico ya no se considera en peligro inmediato.
Este incidente ocurre en un momento crítico para Eslovaquia, una nación en la que la polarización política ha alcanzado niveles alarmantes. La investigación sobre el atentado se centra ahora en las posibles motivaciones políticas detrás de este, subrayando la profundidad de las divisiones dentro del país.
Fico, un político populista y socialdemócrata, tiene un largo historial en la política eslovaca, habiéndose desempeñado como Primer Ministro entre 2006 y 2010 y nuevamente entre 2012 y 2018, antes de renunciar tras las protestas desencadenadas por el asesinato de un periodista. Regresó al poder después de ganar las elecciones del 25 de octubre de 2023.
Con una plataforma que incluye posturas nacionalistas y una retórica en contra de la inmigración, Fico ha expresado su intención de fortalecer los lazos con Moscú y retirar el apoyo militar a Ucrania, mientras mantiene la ayuda humanitaria. Sus políticas han generado preocupación tanto dentro de su país como en el seno de la Unión Europea, debido a temores de una deriva autoritaria. Además, se ha mostrado contrario a las cuotas de redistribución de refugiados de la UE y rechaza la igualdad de derechos para los homosexuales, incluido el matrimonio igualitario.
El intento de asesinato contra Fico no solo plantea preguntas sobre la seguridad de los líderes políticos en Eslovaquia, sino que también arroja luz sobre los desafíos más amplios que enfrenta la democracia en el país. A medida que Eslovaquia se adentra en un período electoral de alta tensión, el ataque representa un ominoso presagio de la lucha política que se avecina.