En un inesperado giro de eventos, la tertulia política «Todo es mentira», transmitida por Cuatro, enfrentó una jornada atípica el pasado miércoles, 9 de octubre. La atención se desplazó de los debates habituales para enfocarse en un incidente de violencia contra Pilar Rahola, figura recurrente en el programa y conocida analista política. La emisión se vio interrumpida, dando paso a una denuncia de la agresión sufrida por Rahola horas antes del programa, un hecho que sacudió tanto a los presentes en plató como a la audiencia.
Risto Mejide, al frente del espacio, no tardó en expresar su solidaridad hacia Rahola, adoptando una firme posición contra el acto de violencia: “Si uno es demócrata y cree que en una democracia todas las ideas deben ser defendidas con la palabra, tiene que estar en contra de lo que le ha ocurrido a una compañera de este equipo”. Las palabras de respaldo hacia Rahola fueron claras, marcando un rechazo absoluto hacia cualquier forma de violencia, independientemente de discrepancias ideológicas.
El incidente, ocurrido durante la apertura de un centro universitario en La Garriga, Barcelona, involucró un ataque con pintura roja por parte de individuos vinculados, según los reportes, a un grupo de extrema izquierda cercano a la CUP. Rahola relató cómo, ante el intento de interrumpir su participación, decidió continuar con su conferencia, demostrando su convicción y resistencia ante actitudes que buscaban silenciarla.
El programa mostró su apoyo no sólo a nivel verbal sino también mediante la difusión de las imágenes del incidente, tras recibir el consentimiento de Rahola. Este gesto subrayó la voluntad del espacio de enfrentar la intolerancia y destacar la importancia del debate y el libre intercambio de ideas.
Rahola, por su parte, criticó la falta de voluntad de diálogo de los agresores, señalando la contradicción entre sus supuestas reivindicaciones antifascistas y sus acciones intolerantes. Su testimonio reflejó un rechazo a ceder ante la intimidación y un llamado a la reflexión sobre la manera en que se conducen los debates políticos y sociales en la actualidad.
El incidente en «Todo es mentira», más allá de ser un altercado aislado, refleja una preocupante tendencia hacia la polarización y el rechazo al disenso en el espacio público. La contundente respuesta del programa evidencia la necesidad de proteger los valores democráticos y el respeto entre discrepantes como pilares fundamentales para el desarrollo de una sociedad que se precie de libre y plural.