En un reciente episodio de «Demos: el gran sondeo», el espacio televisivo de Telecinco conocido por su dinámica interactiva con el público, se vivió un momento de tensión cuando Risto Mejide fue directamente interpelado por una persona de la audiencia. El motivo de la discordia fue la alegada incongruencia del presentador en el tratamiento de ciertos temas delicados, centrando la discusión en el hostigamiento que reciben las celebridades a través de las redes sociales, un problema que parece agravarse con el paso del tiempo.
La controversia se encendió al discutir casos recientes de acoso hacia figuras públicas como David Bustamante, criticado por su aumento de peso, y un miembro del conocido dúo Andy y Lucas, señalado por un procedimiento estético. Estos ejemplos sirvieron para plantear la pregunta de si la sociedad está perdiendo el control en su trato hacia las figuras conocidas.
Durante el debate, Mejide quiso aclarar su posición ante las constantes críticas, enfatizando que su salario no justifica el tener que soportar insultos, compromisos no deseados con fans o acusaciones infundadas en internet, solo por su condición de figura pública. En respuesta a una indirecta recibida de una seguidora a través de la red social X (anteriormente Twitter), la cual rememoraba una polémica de hace una década por un comentario sobre el peso de Amaia Montero, Mejide sostuvo que lo suyo no era hipocresía sino madurez. Afirmó que hoy en día no haría una pregunta semejante, reflejando un cambio en su manera de entender su rol ante las cámaras y la audiencia.
El momento fue especialmente significativo ya que mostró la complejidad de la figura de Mejide, un personaje que ha transitado de la crudeza en el cuestionamiento a una postura más reflexiva sobre su impacto mediático. Este intercambio desató un aplauso entre los presentes, señalando un reconociendo a la capacidad de evolución personal y profesional.
La discusión subraya una problemática más amplia sobre el acoso en las redes sociales, la responsabilidad de los medios y los límites del escrutinio público hacia las figuras conocidas. «Demos: el gran sondeo», una vez más, se posiciona como un foro de debate vivaz y actual, reflejando los dilemas éticos y sociales de nuestra época. Este episodio, lejos de ser una anécdota, plantea interrogantes sobre la evolución de la cultura de la fama y su interacción con las plataformas digitales, un tema que seguirá provocando reflexiones y, posiblemente, cambios en el abordaje mediático de la notoriedad.
