Risto Mejide desvela la sorprendente frase de Pedro Sánchez tras su encuentro en Moncloa

La reciente visita de Risto Mejide a la recepción navideña de la Moncloa ha capturado la atención de los medios y la opinión pública, convirtiéndose en uno de los relatos más comentados de estos días. Desde el inicio de su intervención en el programa «Todo es mentira», el presentador dejó claro que su encuentro con Pedro Sánchez había sido más que breve: “Va a haber un antes y un después”, sentenció, a la vez que matizaba que su diálogo no había sido equitativo. No estaba allí para tomar la palabra, explicó, ya que «habló él conmigo».

La conversación, descrita por Mejide como “fría y sorprendente”, consistió en un intercambio que dejó más preguntas que respuestas. Tras el escueto cruce de palabras, un asistente del presidente se acercó a él con un gesto que nadie esperaba: “Me pidió disculpas por lo que me había dicho el presidente”. Sin embargo, el mismo Risto fue claro al afirmar que ese perdón era innecesario: “Nada de lo que me pudo pasar en ese acto merece que nadie me pida perdón por nada”.

Una de las frases más impactantes de su relato fue cuánto había vivido Risto en su carrera: “Me han dicho cosas muy graves en mi vida… y tengo el ego de titanio”. Aunque el momento era tenso y lleno de potencial polémica, Mejide se mantuvo en su línea habitual de humor y autocrítica, con la mirada fija en el absurdo de la situación.

La esencia de lo que sucedió, sin embargo, fue en el contenido de sus palabras. “Que conste que yo no te he invitado, te ha invitado ella”, fue la única línea lanzada por Sánchez durante el encuentro, una broma que, lejos de aligerar el ambiente, dejó una sensación de incomodidad. Risto, al recordar el gesto del presidente, destacó que no lo sorprendió tanto lo que se dijo, sino cómo se dijo: “El tono jocoso que yo esperaba jamás llegó”.

Más allá de eso, Mejide no dejó de manifestar su agradecimiento hacia la organización del evento, en particular hacia la secretaria de Comunicación, Lydia del Canto, asegurando que el trato recibido fue mejor de lo que él se merecía. Su deseo de evitar lecturas de enfrentamiento personal es revelador y marca una diferencia en su propio relato mediático, en una época donde la política y la televisión a menudo parecen entrelazarse de maneras inesperadas.

El presentador también compartió anécdotas sobre su llegada a la Moncloa, llenas de ironía. Comenzando su trayecto con un coche de producción y decidiendo esperar al lado de Mediaset en un semáforo, la escena se convirtió en un momento de extrañeza. “¡Risto está en medio de un semáforo!”, parecían pensar los conductores a su alrededor.

Una vez dentro de la sede del Gobierno, la experiencia fue marcada por la sorpresa. La falta de medidas de seguridad adecuada destacó en su narrativa: “Podría haber ido acompañado de terroristas”. Esta mezcla de humor e ironía ha sido característico de Mejide, quien ha logrado convertir un evento protocolario en un relato televisivo cargado de tensión y asombro, donde cada palabra y gesto pueden desencadenar múltiples interpretaciones en el mundo mediático y político actual.

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