La reciente incursión de al menos 19 drones de origen ruso en el espacio aéreo polaco ha elevado las tensiones en Europa. En un alarmante anuncio, el primer ministro Donald Tusk confirmó que tres de estos drones fueron derribados por las defensas polacas, respaldadas por aliados de la OTAN. Ante esta violación, Polonia ha decidido invocar el artículo 4 del Tratado Atlántico, un paso que permite a los miembros de la alianza consultar sobre amenazas a su seguridad.
Tusk subrayó que este incidente marca una nueva fase en el conflicto, planteando que se está más cerca de un «conflicto abierto que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial». Destacó que los drones no procedían de Ucrania, sino de Bielorrusia, lo que, según él, indica una acción deliberada de Moscú y no un error técnico. A medida que se investiga la intencionalidad del ataque, varios países europeos han ofrecido apoyo a Polonia en la interceptación, reflejando una creciente cohesión en la respuesta aliada.
Con el trasfondo de una guerra en Ucrania que ha llegado a su tercer año, la invocación del artículo 4 resuena como un intento de coordinación estratégica ante una Rusia cada vez más provocadora. Aunque esta medida no conduce automáticamente a la acción militar, establece un marco para que los miembros de la OTAN discutan los siguientes pasos ante lo que muchos consideran una escalada peligrosa en el conflicto. La comunidad internacional observa de cerca, mientras Polonia busca respaldo firme ante una situación que exige unidad.
Artículo resumido que puedes leer completo aquí