El emblemático restaurante de «First Dates», conocido por ser epicentro de emocionantes y variopintas citas a ciegas, fue escenario de un encuentro poco convencional la noche del martes, 11 de junio. La velada comenzó con Luis, un pensionista y ferviente radioaficionado de 58 años oriundo de Barcelona, que sorprendió al equipo y espectadores al realizar una entrevista inesperada a Carlos Sobera, el carismático presentador del programa, para su emisora local Radio Pueblo Nuevo.
La entrevista, que inició con una pregunta de Luis sobre los supuestos éxitos amorosos de Sobera gracias al programa, pronto tomó un giro hacia el humor con el presentador desmintiendo tales aseveraciones, inculpando de sus desdichas amorosas al barman Matías. El intercambio no solo sirvió para romper el hielo, sino también para mostrar el lado más amable y espontáneo de Sobera, sumergiendo a Luis en el papel de entrevistador antes de conocer a su cita.
Entonces hizo acto de presencia Toñi, una pensionista de 56 años también de Barcelona, quien a pesar de su entusiasmo por participar, reveló desde su llegada el reto que representa para ella la fascitis plantar que padece. Esta condición le ha impedido continuar con actividades que disfrutaba como la salsa, Zumba y pilates, marcando un contraste inmediato con las expectativas de Luis, quien expresó su preocupación y prejuicio sobre su condición física desde el principio.
La cena que siguió fue un desfile de diferencias y desencuentros entre los dos participantes. Luis no tardó en mostrar su desdén hacia Toñi, criticando su aspecto físico de manera poco favorable y revelando una brecha generacional y de intereses marcada por el comentario de que la última vez que Toñi debió adquirir algo nuevo, Lola Flores posiblemente aún estaba viva. Aunado a esto, su conversación dejó en evidencia disparidades en sus rutinas diarias y en sus visiones de vida, especialmente en cuanto a la actividad nocturna y la disposición para la fiesta.
Con el desarrollo de la velada, quedó claro para Luis que Toñi, a pesar de sus intentos por encontrar compatibilidad, no cumplía con el ideal de compañera que él esperaba. Su decisión de no continuar hacia una segunda cita, justificada por la búsqueda de alguien más afín a su vibrante estilo de vida y entusiasmo, marcó el desenlace de una noche que, aunque no culminó en romance, sí ofreció genuinos momentos de franqueza.
Los espectadores de «First Dates» presenciaron así otra cita inolvidable, donde la búsqueda del amor reveló no solo las complejidades del carácter humano sino también el desafío de encontrar a esa persona especial, demostrando una vez más que el amor y la compatibilidad son, en efecto, un verdadero misterio.