El gobierno de Estados Unidos anuncia importantes ajustes en las políticas de importación de aluminio para abordar preocupaciones sobre la seguridad nacional. Un reciente comunicado del presidente destaca la decisión de elevar los aranceles sobre el aluminio importado, comenzando a aplicarse a partir del 12 de marzo de 2025. Esta medida responde a un crecimiento insostenible en los niveles de importación, que amenazan la viabilidad de la industria nacional del aluminio.
Desde que el Secretario de Comercio presentó su informe en 2018, que alertó sobre el riesgo que los altos volúmenes de importación de aluminio representaban para la seguridad del país, el gobierno ha buscado regular estas importaciones. En 2018, se impuso un arancel del 10% sobre el aluminio importado desde la mayoría de los países, aunque se ofrecieron excepciones a ciertos aliados. Sin embargo, el informe más reciente indica que, a pesar de estas medidas, los volúmenes de importación han seguido aumentando, lo que pone en peligro la capacidad de producción de los smelters (fundiciones) estadounidenses.
La situación ha empeorado por la expansión de la capacidad de producción en países como China y en varias naciones de América del Sur, lo que ha generado un excedente global de aluminio. El gobierno estadounidense ha identificado que algunos productores, especialmente en México, han estado eludiendo los aranceles mediante prácticas desleales, como la mezcla de aluminio primario proveniente de países con restricciones comerciales.
A partir de marzo de 2025, los aranceles se incrementarán al 25% y se aplicarían a todas las importaciones de aluminio y productos derivados. Esto incluirá a países que habían estado exentos, como Canadá, Australia, Argentina, México, y naciones de la Unión Europea. Esta medida se considera esencial para restaurar la competitividad de la producción nacional y garantizar que la industria del aluminio en EE. UU. puede operar a niveles adecuados de capacidad.
Además, el Secretario de Comercio señaló que las importaciones han tenido lugar a un nivel que excede en un 14% el promedio de las cifras de 2015 a 2017. En particular, las importaciones desde México han crecido un 35% en los últimos años. El gobierno ha determinado que, debido a estas condiciones, era imperativo aumentar los aranceles y eliminar las exclusiones de productos que habían permitido que ciertos artículos ingresaran al país sin aranceles.
Las sanciones anteriores y las medidas de alivio por daño de mercado se anularán, y el proceso de exclusión de productos también se discontinuará, lo que generará un entorno más restrictivo hacia las importaciones de aluminio. La administración busca no solo proteger la producción nacional, sino también garantizar que los productores de aluminio de EE. UU. cuenten con un acceso equitativo al mercado.
Esta acción representa un cambio significativo en la política comercial de EE. UU., en medio de una economía global que enfrenta tensiones y disputas comerciales. Con estos nuevos aranceles, el gobierno espera frenar el flujo de aluminio importado que se considera perjudicial para la producción doméstica y para la seguridad nacional. Las implicaciones de estas medidas se sentirán no solo dentro del sector del aluminio, sino también en las industrias vinculadas que dependen de este material esencial.
Fuente: WhiteHouse.gov