En una noche marcada por la expectativa y el interés televisivo, Miguel Ángel Revilla, conocido por su carismática presencia y su franqueza, regresó al plató de «El Hormiguero», conducido por Pablo Motos, para sumergirse una vez más en las aguas de la actualidad política. Su retorno al programa el miércoles, 18 de septiembre, no solo fue un evento para la audiencia habitual del programa, sino también un momento clave, dada la intensa competencia televisiva que vive «El Hormiguero» frente a «La Revuelta» en la lucha por dominar el access prime time.
Durante más de una década, Pablo Motos ha mantenido el liderazgo en este horario, aunque recientemente la balanza parece inclinarse ligeramente. Según las últimas cifras, David Broncano, presentador de «La Revuelta», ha logrado superar en audiencia a Motos en cuatro ocasiones, mientras que este último se ha impuesto en dos, avivando una rivalidad que va más allá de los números y se centra en capturar la fidelidad de los espectadores.
Revilla, expresidente de Cantabria, no es ajeno a este escenario. Siendo uno de los invitados más recurrentes y queridos del programa, junto a Santiago Segura, su presencia simboliza un refuerzo en la batalla por la audiencia, una estrategia que «El Hormiguero» despliega en momentos cruciales. En esta ocasión, Revilla no sólo compartió anécdotas y experiencias recogidas a lo largo de sus más de 40 años en política, sino que también abordó temas de candente actualidad, como las explosiones en Líbano o la financiación en Cataluña y otras comunidades autónomas.
La conversación tomó un giro enfocado cuando Motos interpeló a Revilla sobre la reciente aprobación del plan de regeneración democrática, concebido para combatir la desinformación y promover una mayor transparencia en la financiación de los medios de comunicación. En este punto, Revilla expresó su apoyo a medidas que contrarresten las noticias falsas, compartiendo su propia experiencia con la difusión de información incorrecta sobre su persona. Aún así, se mostró crítico con respecto al control de los medios por parte de los gobiernos, subrayando la importancia de la libertad de prensa y el respeto a la dignidad personal.
Esta visita de Revilla a «El Hormiguero» resalta no solo la importancia de las figuras políticas en los programas de entretenimiento, sino también cómo estos espacios se convierten en foros para discutir asuntos de relevancia nacional e internacional. Por un lado, la audiencia disfruta de la ligereza y el humor característicos del programa; por otro, se encuentra con debates y reflexiones que afectan directamente a la sociedad, demostrando que el entretenimiento y la política pueden convivir, informando y formando a los televidentes.