Rubén Torres, un bombero de Badalona, está viviendo un momento crucial en su aventura en el reality show Supervivientes All Stars. Su último desafío lo ha llevado a perder todo vello facial como consecuencia de un “atracón” de gominolas, su comida favorita. La situación se tornó especialmente tensa cuando su novia, Laura, reaccionó con indignación desde el plató al ver cómo su pareja aceptaba los inusuales castigos propuestos por la producción.
Torres fue el último en enfrentarse a la temida mesa de las tentaciones y, a pesar de su valentía, la decisión no fue fácil. En primer lugar, le propusieron afeitarse la barba a cambio de un modesto plato de gominolas; sin embargo, la oferta se volvió más atractiva cuando le ofrecieron una bandeja gigante de migas. La condición: raparse al cero, lo que incluía no solo la cabeza y la barba, sino también las cejas. A pesar de la considerable penuria que representaba, Rubén accedió, aunque solo si se duplicaban los platos de comida.
Mientras la presentadora, Laura Madrueño, comenzaba a retirar el vello de su rostro, las cámaras enfocaron a su novia, quien estalló en una ira descontrolada. «Las cejas no le crecen luego», gritaba incómoda, todavía incrédula por la decisión de Rubén de depilarse también esa parte del rostro, a pesar del riesgo de que su nueva imagen le costase volver al plató.
“No era necesario”, exclamó Laura, mientras Jorge Javier Vázquez trataba de calmar la situación, sorprendido por la intensidad de la reacción de la joven. La preocupación por la estética de Rubén era evidente, y su novia no dudó en expresar que los rasgos distintivos de su pareja son, para ella, casi más importantes que el concurso en sí.
«Le crecen raro, tiesas. No quiero un novio con las cejas tiesas», decía, claramente atormentada por la idea de un novio con un aspecto tan radicalmente alterado. Su insistencia trajo a la luz la difícil línea que a veces se cruzan en este tipo de reality shows, donde las decisiones personales pueden generar no solo un conflicto interno, sino también tensiones en la relación.
En el fondo, más allá de la competencia y la supervivencia, el programa está resaltando las emociones humanas; en este caso, entre el deseo de sobresalir y la presión de las expectativas ajenas. La historia de Rubén y Laura es un recordatorio de que en el camino hacia la gloria, a veces se pierden cosas que van más allá de lo físico.








