La segunda temporada de Supervivientes All Stars ha comenzado con un enfoque innovador que ya ha generado debates y tensiones entre los participantes. El nuevo método de nominaciones ha sustituido la tradicional pizarra por un procedimiento más dramático: cada concursante tiene que incinerar la fotografía de un compañero que desee ver fuera del concurso. Esta mecánica no solo ha desatado la creatividad de los concursantes, sino que también ha causado confusiones que casi llevaron a la vorágine de quemar los marcos de madera.
En este inicio de temporada, Alejandro Albalá se ha destacado al convertirse en el líder tras cumplir con éxito una prueba de resistencia, logrando más de once minutos en la misma. Este insólito triunfo le otorga la inmunidad, mientras que el resto de los concursantes se enfrenta a la incertidumbre de ser nominados. Fani Carbajo, Kike Calleja, Noel Bayarri y la recientemente incorporada Gloria Camila Ortega están en la palestra, eligiendo unos días de angustia y especulación.
La dinámica de esta edición se complica aún más al tener que esperar hasta la próxima semana para conocer quién será el primer expulsado. Un debate conducido por Sandra Barneda, donde participarán familiares y colaboradores de los nominados, se anuncia como un momento de gran tensión emocional. El ganador del programa se enfrentará a la posible pérdida de su oportunidad de alzarse con el cheque y el título de campeón.
Sumando desafíos a la experiencia, los concursantes deben lidiar con un equipamiento limitado y escasez de víveres, un hecho que ha retado aún más sus habilidades de supervivencia. Además, eventos externos, como un conflicto entre una comunidad garífuna y las autoridades de Honduras, han impedido incluir ciertas pruebas icónicas, lo que resulta en jornadas compartidas por todos en la denominada Playa Caos. Esta situación genera expectativa sobre cómo se desarrollará esta inusual edición, donde la estrategia y la resistencia se pondrán a prueba más que nunca.