En una revelación que ha sacudido el ya complejo panorama de las relaciones internacionales, se ha descubierto que Italia, un miembro prominente de la Unión Europea, había intentado mantener canales de comunicación abiertos con el régimen de Bashar al Asad en Siria, desafiando de esta manera la postura oficial del bloque que hasta la fecha mantiene sanciones en contra de Damasco debido a su historial de violaciones a los derechos humanos.
Esta información, divulgada por The Independent Arabia, indica que el jefe de la inteligencia exterior italiana, Giovanni Caravelli, se habría puesto en contacto con su homólogo sirio para expresar apoyo a Damasco en momentos críticos, justo cuando las fuerzas rebeldes parecían acorralar al régimen. Este apoyo llegó en un momento crucial, días antes de que las fuerzas de la organización suní Tahrir al-Sham (HTS) amenazaran directamente la capital, llevando a la huida de al Asad después de 13 largos años de conflicto.
El documento filtrado revela no solo el ofrecimiento de apoyo de Italia a Siria en un momento difícil sino también enfatiza en la importancia del soporte ruso al régimen de al Asad, un detalle que se complica aún más por el ataque aéreo ruso contra una escuela cristiana en Alepo, ocurrido cuatro días antes de esta comunicación.
Este giro sorprendente en la política exterior italiana hacia Siria se produce meses después de que Italia iniciara un proceso de normalización de sus relaciones diplomáticas con Damasco, nombrando a un nuevo embajador en el país, el primero del G7 en hacerlo. Esta decisión de Roma, según declaraciones del ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani, era para “no dejar el monopolio” de la situación siria en manos de Rusia, evidenciando un juego de equilibrios geopolíticos en una región ya de por sí tensionada.
Sin embargo, esta maniobra ha levantado críticas, especialmente después de que se revelara que el Gobierno italiano se había retirado silenciosamente de un grupo de la ONU dedicado a supervisar los derechos humanos en Siria. La salida de Italia de este grupo, que incluye a países como Francia, Alemania, Países Bajos, Qatar, Turquía, Estados Unidos y Reino Unido, ha sido descrita como «vergonzosa» por activistas y comentaristas, sugerente de un desinterés por garantizar el respeto a los derechos humanos y al derecho internacional.
Esta compleja situación recalca la delicada posición de Italia y Europa ante la tragedia siria, en un momento en que los países occidentales buscan redefinir sus relaciones con Damasco. A medida que el conflicto sirio entra en su segundo decenio sin una resolución clara a la vista, acciones como estas reflejan las difíciles decisiones que los líderes internacionales deben tomar al equilibrar sus intereses estratégicos con los principios humanitarios.