El crecimiento poblacional en el mundo ha alcanzado un nuevo pico según lo anunciado por las Naciones Unidas en noviembre de 2022, marcando un hito histórico con la cifra de 8.000 millones de personas. Este número, basado en estimaciones demográficas globales, ha puesto de relieve los desafíos y oportunidades que el crecimiento constante de la población presenta para el planeta.
Según la ONU, este incremento se debe principalmente a los países de ingresos medios y bajos, especialmente en África y Asia, donde las tasas de natalidad han sido más elevadas. Además, la mejora en la salud pública y los avances médicos han jugado un papel crucial en reducir la mortalidad infantil y aumentar la esperanza de vida. Se proyecta que la población mundial alcance su máximo hacia el año 2080, aproximándose a los 10.400 millones antes de estabilizarse y eventualmente disminuir hacia finales de siglo.
Sin embargo, un estudio reciente realizado por la Universidad de Aalto en Finlandia, publicado en la revista científica Nature Communications, sugiere que las cifras oficiales podrían subestimar la población mundial en up to 3.000 million personas. Los investigadores, liderados por Josias Láng-Ritter, descubrieron que la población real en zonas rurales es significativamente mayor de lo que los datos globales han indicado, con una subestimación entre un 53% y un 84% en algunos casos durante el periodo entre 1975 y 2010. Esta discrepancia se debe a los desafíos inherentes a la recolección de datos en áreas rurales, donde los registros digitales fiables son escasos.
Este error de cálculo tiene profundas implicaciones para la planificación de recursos, la sanidad, la educación, y la respuesta ante emergencias climáticas. La subrepresentación de millones de personas en los mapas de población significa que estos individuos quedan excluidos de las políticas públicas y del acceso justo a recursos básicos. Por ejemplo, decisiones sobre la ubicación de infraestructura crítica, como hospitales rurales, podrían resultar erróneas si se basan en cifras inexactas.
Además, esta infravaloración poblacional puede tener un impacto significativo en la lucha contra el cambio climático. Las estimaciones sobre emisiones de gases de efecto invernadero, consumo energético y vulnerabilidad ante fenómenos extremos se calculan en función del número de habitantes. Si la población mundial es mayor de lo que se pensaba, las estrategias internacionales sobre cambio climático necesitarían una revisión urgente.
En conclusión, el estudio de la Universidad de Aalto resalta una problemática clave en la forma en que medimos y entendemos la composición de nuestra población mundial. Identificar y corregir estas discrepancias es crucial no solo para garantizar que las políticas públicas sean justas y eficaces, sino también para prepararnos mejor ante los desafíos globales del futuro.
