En una medida que podría redefinir las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, el presidente ha emitido una orden ejecutiva que modifica las tarifas recíprocas con el objetivo de alinear las políticas económicas de ambos países. Esta acción se enmarca dentro de un contexto de tensiones comerciales, y busca abordar inquietudes sobre la reciprocidad en las prácticas comerciales entre las dos potencias.
El presidente, al amparo de diversas leyes constitucionales, ha declarado que el déficit comercial de Estados Unidos con China ha representado una «amenaza inusual y extraordinaria» para la economía nacional. Desde el 2025, se han tomado una serie de decisiones ejecutivas que aumentaron tasas de impuestos sobre las importaciones chinas en respuesta a lo que se considera una retaliación de Beijing ante las medidas adoptadas por Washington.
Las conversaciones entre ambas naciones han incluido un acuerdo clave alcanzado en octubre de 2025, donde se destaca una serie de compromisos por parte de China. Estos incluyen la eliminación de controles exportativos coercitivos sobre elementos raros y minerales críticos, así como la suspensión de tarifas sobre productos agrícolas estadounidenses. A cambio, Estados Unidos se comprometió a mantener la suspensión de tarifas recíprocas hasta noviembre de 2026, un paso que podría tener repercusiones significativas en la economía de ambos países.
Este nuevo arreglo no solo busca equilibrar la balanza comercial, sino que también tiene implicaciones directas en la seguridad nacional estadounidense, al garantizar un acceso estable a materiales esenciales para sectores como la defensa y la energía. La administración espera que estas modificaciones aumenten la competitividad de la industria local y fortalezcan las cadenas de suministro en áreas críticas.
Sin embargo, el acuerdo también estipula un monitoreo riguroso. Los líderes de las agencias gubernamentales pertinentes estarán atentos a la implementación de estos compromisos por parte de China, y podrán modificar la orden si se identifican incumplimientos. Esto subraya la naturaleza dinámica de la relación comercial y las expectativas de cumplimiento.
La decisión del presidente, respaldada por los esfuerzos para mejorar el tejido comercial entre ambas naciones, refleja una estrategia que no solo busca rectificar desequilibrios económicos, sino también consolidar posiciones en el escenario global. A medida que el mundo observa, la manera en que este acuerdo se implemente será crucial para el futuro del comercio y la cooperación internacional.
Fuente: WhiteHouse.gov
















